lunes, 30 de septiembre de 2013

CUANDO COMENZÓ EL RENACIMIENTO (3) Adán y Eva de la capilla Branccacci. Masaccio


En esta miniserie de tres post intentaremos analizar tres obras fundamentales que, realizadas en los albores del Renacimiento, nos van a dar las claves del nuevo estilo del Quattrocento.
Los tres pertenecen a tres “amigos” que colaborarán entre sí, fascinados por el arte de la antigüedad. (San Jorge de Donatello, Cúpula del Duomo de Brunelleschi)
Masaccio era el más joven de los tres, el que antes murió (a los 27 años), el que menos obra dejó y el que lo tuvo más difícil (pues no se conocía la pintura de la Antigüedad)
Sin embargo su nombre será universal, y Ucello, Castagno, Piero della Francesca o Miguel Ángel beberán de él, pues su escasa obra puso los cimientos para el renacimiento más evolucionado y radical.
Nosotros ya hemos hablado de él cuando analizamos su magnífica Trinidad de Santa María Novella, y hoy nos ocuparemos de un solo panel de los frescos de la capilla Branccaci de Santa María del Carmine.
En él se representa la consabida expulsión del paraíso de Adán y Eva que inicia la historia humana.
Lo primero que nos llama la atención es cómo consigue, con tan pocos recursos, la perspectiva. La colocación de la puerta en escorzo (al igual que el ángel) logran crear un espacio verosímil en donde colocar las figuras que, frente a la tradicional presentación frontal, se nos colocan una detrás de otra, andando hacia el exterior.

Junto a este tratamiento de la perspectiva (que debería mucho a las indicaciones de Brunelleschi), la gran aportación es el tratamiento que nos hace de la luz. La luz arrojada de los cuerpos (como podemos ver en las sombras de sus piernas, que consiguen integrar las figuras en el espacio circundantes y ponerlas verdaderamente en pie) y la luz y sombra que generan los volúmenes (el famoso claroscuro) que consiguen dar volumetría a las figuras y darles realismo.

La lección la había aprendido del Giotto (del que es hijo espiritual) como podéis ver en esta obra tan cercana (Santa Croce, capilla Bardi).

También de él (y de Donatello) tomó la expresividad de caras y cuerpos. Los gestos se convierten en símbolos parlantes que nos ayudan a comprender la tragedia de los personajes (de nuevo el antropocentrismo: pasar a medidas humanas la religión). Caras, torsos, manos hacen actuar y sentir a las figuras como no se había visto desde la época clásica.

Posiblemente recogido de modelos escultóricos (pues hasta el descubrimiento de Pompeya en el XVIII apenas si se conoció la pintura romana) toda la pintura es un canto al cuerpo humano, reapareciendo el desnudo (el de Hércules en Adán, el de las afroditas púdicas tipo Praxíteles en Eva), tema que se repetirá a lo largo de todo el estilo.

No es de extrañar que estos frescos fascinasen a los futuros autores, pues incluso el sfumato leonardesco (o el non finito de Miguel Ángel) ya se encuentran esbozados en las caras y cuerpos

Más fotografías sobre la capilla Brancacci
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Análisis y comentario del Tributo de la moneda



domingo, 29 de septiembre de 2013

UNA RUTA DESDE SANTILLANA DEL MAR A SAN VICENTE DE LA BARQUERA

















Particularmente es ésta la zona más bella de toda Cantabria: paisaje suavemente humanizado en tonos verdes, prehistoria, románico, playas de azul radiante, Gaudí, fascinantes mareas son alguno de sus atractivos.

Comenzamos nuestra ruta sobre Santillana del Mar, dominándola desde la entrada de la Neocueva.

Gracias a ella podemos redescubrir los secretos de Altamira (con una recreación muy convincente y un gran y divertido museo anejo). Si vais a visitarlo tal vez os vendría bien leer estos artículos para comprender mejor el arte prehistórico.
Después descenderemos suavemente para llegar a este pueblo medieval, excesivamente lleno de turistas y que está muriendo de éxito.


Hace tiempo que desaparecieron sus calles silenciosas, la paz de los rincones. Sin embargo su arquitectura sigue ofreciendo una visita a sus casas de grandes balconadas floridas y, sobre todo, a la espectacular colegiata románica, con uno de los claustros más fascinantes del país.




Tomaremos nuevamente el coche para acercarnos hacia Comillas.














Por el camino el paisaje es de una belleza íntima, casi perfecta tanto en el interior (aquí puedes ver más fotos) ondulado como en la costa (Si queréis un baño, os aconsejo Liaña, de la que ya hablamos aquí).

Comillas, dominada por la Universidad y una potente y rancia burguesía es una ciudad casi de sueño, irreal, bellamente decadente. El Palacio de Sobrellano, la Universidad o el Capricho de Gaudí son alguna de las visitas que se pueden realizar en la villa.



Volvemos a tomar el coche para llegar a nuestro destino. La Naturaleza aún es capaz de dar un punto más de belleza cuando cruzamos el Parque Natural de Oyambre, con su ría y sus playas vírgenes.























Tras ellas aparece San Vicente, a la que ya le dedicamos un post. Fin de nuestro recorrido y un lugar ideal para comer buen pescado en cualquiera de sus bares y restaurantes.


VIAJES POR CANTABRIA

sábado, 28 de septiembre de 2013

CÓRDOBA, CAPITAL DEL ESPÍRITU


Un libro impar, posiblemente interesante sólo para una minoría, pero verdaderamente excelente.
Su autor, Robert Garaudy, hace una visión conjunta de la filosofía en Al Andalus que se sale de la tesis habitual, su exclusiva filiación aristotélica.
Por el contrario, propone una larga tradición (que arrancaría desde Prisciliano y el arrianismo y adopcionismo) que irían más allá del dualismo aristotélico o la ortodoxia malakí para recuperar a Platón y los presocráticos, incluir la ciencia o la poesía y florecer en la mística y el amor sagrado (Ibn Arabí) que se extenderá fuera de sus fronteras (desde Raimundo Llulio a la poesía trovadoresca o la Divina Comedia de Dante).
Sobre este hilo se enhebrarán Ibn Hazm, Ibn Gabirol, Averroes, Maimónides o el propio Ibn Arabí.
Para cerrar el volumen se hacen una apretadas (pero completas) relaciones literarias y científicas que florecieron en Al Andalus hasta la llegada de los almorávides y que lo convirtieron en una potencia cultural y económica.

jueves, 26 de septiembre de 2013

EL JARDÍN VERTICAL DEL CAIXAFÓRUM


Hace ya tiempo nos ocupamos de la espectacular arquitectura de la sede, hoy queremos profundizar un poco más en su espléndido jardín vertical.

Realizado en 2008 sobre la pared ciega de uno de los edificios que flanquean la pequeña plaza (anteriormente ocupada por una gasolinera) que une edificio y paseo del Prado.
De esta forma se conseguían varios propósitos.
Por una parte se ocultaba esta pared de ladrillo sin ningún tipo de carácter a la vez que se conseguía crear una vinculación (a través de la vegetación) con el Paseo del Prado y el Jardín Botánico, introduciendo una cuña verde en el espeso tejido de esta acera del Prado.

Se intentaba, además, crear un diálogo entre naturaleza y artificiosidad (el ladrillo y el acero de la Caixafórum) y potenciar este mínimo espacio, evitando su aridez de plaza dura, creando en él un lugar de encuentro y descanso, antesala de la fundación.
La tecnología utilizada por Blanc se basa en dos mantas paralelas por las que circula el agua desde la parte superior. Entre ella, y por medio de grapas, se sitúan las especies vegetales.

Las especies elegidas son de dos tipos. Mientras unas forman parte del jardín desde el principio y son perennes (lo cual crea un fantástico estallido de Naturaleza en los inviernos madrileños), según las estaciones se añaden otras que produzcan, por su floración o color de sus hojas, un verdadero cuadro viviente.

El diseño general huye de la simetría (y la planitud), buscando efectos casi barrocos, llenos de color y movimiento.
Esto se observa perfectamente en la segunda de las imágenes, con el centro aún en obras y las plantas sin apenas crecimiento aún. El resto de las imágenes se han ido tomando a lo largo de los años y en ellas podéis ver cómo ha ido evolucionando el jardín, en la actualidad, verdaderamente lujurioso.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

DOS ESCULTURAS DEL GÓTICO CLÁSICO EN CALERUEGA


Caleruega, la patria chica de Santo Domingo de Guzmán, tiene un patrimonio inmenso del que nos tendremos que ir ocupando.
Hoy sólo se trata de poneros la miel en los labios con estas dos esculturas del gótico clásico (XIII)

Probablemente de origen francés son un perfecto ejemplo de la fase clásica del estilo basada en la idealización de las formas naturales, buscando una belleza delicada y optimista (un renacimiento antes del renacimiento, como Panovsky se encargó de demostrar).

Con una policromía perfecta, canon suavemente alargado y unas tiernas sonrisas, nos muestran un ángel músico y la virgen en su iconografía de la expectación (llamada en España de la O)




martes, 24 de septiembre de 2013

CUANDO COMENZÓ EL RENACIMIENTO (2) LA CÚPULA DE SANTA MARÍA DE LAS FLORES. BRUNELLESCHI


En esta miniserie de tres post intentaremos analizar tres obras fundamentales que, realizadas en los albores del Renacimiento, nos van a dar las claves del nuevo estilo del Quattrocento (San Jorge de Donatello, Adán y Eva de la Capilla Brancacci de Masaccio y esta cúpula)
Los tres pertenecen a tres “amigos” que colaborarán entre sí, fascinados por el arte de la antigüedad.

La más antigua representación pictórica de la cúpula. Finales XVI

Cuando Arnolfo di Cambio comenzó la renovación de Santa Reparata para convertirla en el Duomo de Florencia, creó un modelo de gótico mediterráneo de enorme amplitud. De gran diafanidad y medidas clásicas tenía, sin embargo, un grave problema: su transepto (octogonal y con grandes machones) era gigantesco y no existía, en aquel momento, una tecnología suficiente para cubrirlo. 
Durante más de un siglo quedó por tanto sin concluir hasta que la propia ciudad de Florencia convocó un concurso público.

Dos participantes llegaron hasta el final: Brunelleschi y Ghiberti (autor de las Puertas del Paraíso). 
El primero tenía una especial formación matemática (posiblemente recogida de Toscanelli, mentor suyo) a la que añadía un conocimiento de la antigüedad romana (es evidente la influencia del Panteón de Agripa, así como la técnica en espina de pez con la que se colocan los ladrillos interiores, heredada también de Roma).
Ladrillo en espina de pez

Su solución fue tan fácil como genial. Sobre el tambor octogonal gótico, Brunelleschi planteó la construcción de dos cúpulas: al interior semiesférica que tiene sus empujes hacia el exterior, y al exterior apuntada, que empuja en sentido inverso. Las dos cúpulas, unidas entre sí, estabilizaban las tensiones.

 Aquí puedes ver las dos bóvedas en su zona más baja
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Y aquí en su parte superior, a punto de unirse en la linterna
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Para reforzar toda la estructura, el arquitecto generó unos gigantescos nervios que se unían en una linterna superior, que tenían una doble misión: tectónica (reforzar la estructura al concentrarlas como un nudo en la linterna) y estética (crear una sensación ascendente a la vez que enseña al propio espectador las diferencias entre lo sustentante, en blanco, de lo sostenido).

Aletón que recoge los nervios para unirlos en la linterna superior

Nervio

La realización de la obra fue todo un prodigio técnico que obligó a Brunelleschi a ir imaginando soluciones a los distintos problemas. La cúpula se fue levantando por medio de anillos de andamios que se iban cerrando según se ascendía y del que aún podemos ver nosotros los anclajes en si interior. Se prescindían así de las tradicionales cimbras y la construcción se iba sujetando sobre sí misma en una suerte de anillos concéntricos.

Fíjate en los agujeros que aparecen entre los frescos. Son los lugares desde los que se apoyaban las cimbras concéntricas

Tuvo, además, que renovar todo tipo de herramientas para la descomunal empresa, y crear dormitorios y cantinas en los propios andamios para que los operarios no tuvieran que subir y bajar todos los días.

Con esta obra, el triunfo de la razón renacentista se hacía palpable. La matemática, la emulación de la Antigüedad, el poder casi magnético de la geometría abrían una nueva época de optimismo y logros humanos que convertían a Florencia en la nueva Roma (o Atenas), dominada visualmente por la cúpula desde todos sus rincones.

Se necesitará casi un siglo para que la obra sea continuada y reformulada al mismo nivel de excelencia, y será Miguel Ángel el que lo consiga en su famosa cúpula de San Pedro del Vaticano


Para saber más

lunes, 23 de septiembre de 2013

CUEVA D' OR. El primer neolítico español. La cerámica cardial.


Desde hace ya muchos años conocemos que el neolítico fue un periodo importado desde el Mediterráneo Oriental en torno al VI Milenio antes de Cristo (teoría inmigracionista)

Lo que los arqueólogos aún tienen demasiado claro fue su forma de llegada.

Según la teoría denominada oleada de avance de Ammerman y Cavalli, el nuevo sistema fue extendiéndose desde el Próximo Oriente a razón de un Km al año; frente a ella Zilhao propone otra marítima, más rápida y discontinua, que parece más cercana a la realidad de los estudios actuales (Vega y Bernabeu)

Se trataría de un proceso de aculturación sobre poblaciones mesolíticas ya existentes que irían poco a poco aprendiendo las nuevas técnicas (ganadería, agricultura, cerámica…), ya fuera por imitación o por pura competencia. Según Clark utilizarían el sistema de rozas, aunque las últimas investigaciones (Vega y Bernabeu) hablan de una agricultura extensiva de secano con otra intensiva junto a los ríos, siendo la ganadería una actividad secundaria

Todo este proceso se inicia en el sexto milenio antes de Cristo. A diferencia del Neolítico del mediterráneo oriental, en esta parte, la occidental, la residencia seguirá siendo en cuevas
 En Valencia es donde aparecen primero núcleos habitados al aire libre que forman entidades mayores (Cueva de L´Or).



Los restos carbonizados muestran el cultivo de cereales como el trigo y la cebada, y de leguminosas como las habas, lentejas o guisantes. Por lo que respecta a los animales domésticos, el predominio de la oveja es muy llamativo, con un número reducido de cabras. El cerdo está bien representado y de forma escasa el toro y el perro. 
Se caracteriza por la llamada cerámica cardial (uno de los grandes fósiles guías del neolítico al permitir la conservación de excedente y su comercialización)  que debe su nombre a que era decorada con la concha de un molusco llamado cardium edule



Pero los Cardiidaeno no eran el único motivo decorativo de este tipo de cerámica (pues incluye impresiones de dedos, o digitaciones y ungulaciones, impresiones con un punzón, cordones, etc.)
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