Son los restos de dos estatuas gemelas de Amentuotep que, como ya vimos tambien en Abu Simbel, se muestran sedentes, con figuras a menor tañaño junto a sus pies (su esposa Tiy y a su madre Mutemuia).
Formaban parte de uno de los pilonos de acceso del templo funerario del faraón, dando una imagen solemne y grandiosa (18 metros) de su poder que mantienen todas las características de la plástica egipcia (frontalidad, hieratismo, tendencia a la geometría, bloque cerrado...).
Más construidos que verdaderamente esculpidos, Estrabón contaba de ellos que cantaban a la salida del sol. Al parecer un terremoto les había afectado, dejando junturas entre los bloques que crujían por el aumento de volumen de sus sillares al comenzar a calentarse.
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