Allí hemos podido comer magníficamente, y ya es hora de seguir nuestra ruta que nos llevará a uno de las grandes plazas sevillanas (aunque no conocidas excesivamente por los turistas) para acabar en una de las calles con más solera de la ciudad: la Calle Feria, la gran calle de la Macarena.
UN MAPA PARA ORIENTARSE
(RUTA AMARILLA)
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Si buscamos Casa Ovidio (que ya vimos en la escapada anterior) giraremos hacia la izquierda para encontrarnos con una soberbia fachada barroca, la del Palacio del Infantado.
Este espacio tienen una larga historia, y hasta el siglo XVI fue uno de los lugares más insalubres de Sevilla. Una laguna formada por las cañerías de desagüe y las inundaciones del Guadalquivir tenía, incluso, que pasarse en barca en invierno. En verano, con la hierba nacida por todo aquel abono, el lugar era zona de torneos y también de duelos, pues esta zona ha arrastrado siempre una mala fama casi perpétua que solo poco a poco va desapareciendo. (Un buen libro para conocer esta alameda oscura del Siglo de Oro es el oro del Rey de Pérez Reverte)
Sin embargo, el Conde de Barajas, invirtió una enorme fortuna para sanear la zona y convertirla en una gran parque de naranjos y álamos para el nuevo disfrute y ostentación de los nobles de la ciudad.
Ornándola, colocó dos columnas romanas de la cercana Hispalis, con un hércules sobre una de ellas, a las que se añadirían otras dos en el XVIII
Recientemente, la zona ha sufrido una radical reforma de esas que tanto dan de hablar en la ciudad, creando modelos de plazas duras en su entorno que no han dejado de acuerdo a todos.
Lo que se mantiene es el ambiente un tanto bohemio y con multitud de chiringuitos para tomar algo por la noche, concentrándose también en alguno de sus locales el ambiente gay de la ciudad.
Muy cerca de las columnas con el hércules podemos tomar la calle Conde de Torrejón, de bellos edificios para acercarnos a nuestro destino final.
De ella salen las cofradías de los Javieres o la más reciente del Carmen Doloroso.
Si giramos en torno suyo encontraremos dos monumentos poco conocidos. El primero es el Mercado de la calle Feria, que inició su andadura en el XVIII pero del que vemos la estructura del XIX, típica del hierro y el cristal recubierta de neorrenacimiento.
Pero si algo es famoso en la calle Feria es la mañana de viernes Santo cuando la Macarena vuelve por su barrio y verdaderas nubes de pétalos de rosa caen desde sus áticos bañando de color el palio que bordara Rodríguez Ojeda.
Estimado Vicente,
ResponderEliminarGracias y enhorabuena por estos paseos pormi tierra, en especial éste, en mi Parroquia de omnium Sanctorum. Sólo te escribo para darte un dato que no mencionas., si me permites. El caserón convertido hoy en centro cívico era el Antiguo Palacio de los Marqueses de la Algaba, que a su vez eran Patronos de la Parroquia( mecenas). Incluso hasta el s. XIX un corredor unía el Palacio y la Iglesia para que los Marqueses asistiesen a Misa sin mezclarse con el pueblo, desde una balconada situada en la Nave del Evangelio, sobre la actual Sacristía.
Un saludo desde Sevilla.
Gracias por el dato que ya he incorporado al artículo
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