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lunes, 18 de noviembre de 2013

LOS ÁNGELES DE TARTANEDO. GUADALAJARA

        
 
Es frecuente al recorrer nuestra geografía, descubrir paisajes, gentes y patrimonio artístico que demuestran la riqueza que esconde cada región española. En este caso y de forma casual, descubrimos un municipio de  la provincia de Guadalajara, Tartanedo, del cual sólo teníamos alguna pequeña referencia, próximo a Molina de Aragón y al Alto Tajo.
 
De este sorprendente municipio, nos  gustaría destacar la iglesia parroquial de San Bartolomé y su riqueza patrimonial: retablos, lienzos, esculturas, pila bautismal…
 
Pero todo queda pequeño ante la capilla del lado meridional del crucero, mecenada por los Montesoro y Ribas y trazada en el s. XVIII, (según inscripción “Estas pinturas y retablos mandó hacer a su costa, el señor don Andrés Carlos Montesoro y Ribas patrono que es de esta capilla, año de 1.756).
 
Se trata de dos muros en donde la decoración lo invade todo. Un primoroso  trampantojo con grandes cortinajes pintados de forma exuberante, bajo los cuales se abren, de nuevo simulados, altares que acogen doce ángeles elegantes y bellamente engalanados, un conjunto inesperado y deslumbrante que en sus escudos recogen los símbolos de las letanías de la Virgen que fijaron en el siglo anterior la iconografía  de la Inmaculada Concepción
 
Hemos tenido la fortuna y desde aquí lo agradecemos, de ser acompañados en la visita por Teodoro Alonso Concha, una persona clave en el impulso y promoción de este bello conjunto, sus estudios sobre los ángeles se encuentran recogidos en una publicación de AACHE, patrocinado por el Ayuntamiento de Tartanedo, junto con los versos de José Antonio Suárez de Puga, titulado “Ángeles de Tartanedo”.
 
El origen de estas pinturas se localizan en los talleres de Cuzco, en el virreinato de Perú. Allí surgió un arte singular consecuencia de la exportación del barroco andaluz y las mezclas con lo indígena, pintura de mestizaje en donde se fusiona lo occidental con lo indio.
 
En la génesis de este particular estilo, parece determinante la llegada hacia 1.583 de un pintor jesuita de origen italiano Bernardo Pitti, de cierto aire manierista. Con posterioridad sus seguidores, (cabe destacar a Luís de Riaño, entre otros), ya identificados con el barroco, desarrollarán una pintura religiosa de temática variada, destacando los  ángeles, como los que encontramos en Tartanedo.

Aunque no existen pruebas de ello no habría que descartar, en estos momentos ya barrocos, la influencia de la pintura andaluza de exportación, ya sea a través de obras directas, ya a través de grabados, en especial los relacionados con el taller o los seguidores de Zurbarán con los que guarda ciertos parecidos estéticos, especialmente en las vestiduras y la forma de integrarlos en el espacio a través de las sombras proyectadas
 
El conjunto en el pasado, ha sufrido el abandono, en consecuencia,  heridas afortunadamente reversibles, sanadas gracias a la cuidadosa restauración de la Consejería de Cultura de Castilla la Mancha.
 
Los doce lienzos, pintados al óleo, representan a ángeles que alegorizan la corona de la Virgen María. Les acompañan los símbolos de la letanía lauretana y se muestran de pie mirando al espectador, caminando con aire señorial.
 

Pintados sobre fondo neutro, resultan figuras elegantes en su indumentaria, engalanados con ricos ropajes, corazas, capas, faldellines, broches y un sin fin de detalles lujosos de rica policromía. El tratamiento de las figuras es algo plano, aunque  se aprecian pliegues, transparencias y existe un interés por las sombras que les integran en el conjunto.
La dulzura que muestran sus rostros refuerza la ambigüedad de sus sexos, destacan entre todos, los arcángeles. San Miguel preside uno de los muros, vestido con un gorro de ricas plumas, larga capa, escudo con la imagen de la Inmaculada y un bastón de mando. 
El arcángel Rafael con bordón y esclavina y el arcángel Gabriel que levanta una mano con rosas; el resto de ángeles, más sencillos en su factura y aderezos crean una corte tan bella como poco frecuente en lo hispano que se esconde en este rincón de la provincia de Guadalajara.


 
Merece la pena una visita y admirar este conjunto, una grata sorpresa de la que se sienten muy orgullosos los vecinos de Tartanedo y los municipios circundantes.

Para saber más y ver magníficas imágenes

Juan Aranda y Vicente Camarasa
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1 comentario:

  1. es asombroso mi marido es de Guadalajara la pro sima vez que vayamos a Guadalajara iremos a visitar estas bellas pinturas.

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