El Palacio Ducal de Venecia fue, casi desde los orígenes de la ciudad, el edificio público por antonomasia, anterior incluso a San Marcos (el cuerpo del santo fue guardado en una capilla interior hasta la construcción de la primera basílica).
En él se fijaban los principales poderes de la ciudad, como el Consejo (órgano legislativo), la residencia del dux (ejecutivo) o las cárceles y el tribunal de justicia.
La fachada que hoy podemos contemplar se debe a los mismos arquitectos de Ca d' Oro, realizándose a mediados del XV en estilo flamígero.
Uno de sus principales atractivos es la sucesión de plantas que invierten la lógica constructiva, poniendo los vanos (logia y piso principal labrado con una exquisita tracería) bajo el segundo piso, de apariencia maciza y decorado con mármoles polícromos que realizan rombos.
Todo ello se cierra con una gran crestería.
Eva
La obra está cuajada de esculturas, tanto en sus capiteles con en sus ángulos.
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