Miguel Ángel
Bernini
La escultura tanto de Miguel Ángel como de Bernini es de
tipo religiosa, recogiendo el relato del Antiguo Testamento en el que David se dispone a matar a Golliat. En el David de
Miguel Ángel la acción se sitúa justo en el momento de antes de realizarla (provocando de esta manera una tensión interna típica de su primer manierismo) mientras que en el de
Bernini la tensión va mucho más allá recreando el momento preciso en que la
acción ya se está realizando (se genera así la típica instantaneidad barroca)
Ambas son esculturas exentas de bulto redondo realizadas en
mármol (material propio del clasicismo) por medio de la técnica de talla. La
superficie en ambas obras es lisa aunque Bernini muestra un mayor interés por
las texturas (en el típico intento barroco de "convencer" al espectador a través de los sentidos
.
La composición de las dos es abierta, pero en el David de
Miguel Ángel hay un claro punto de referencia, la frontalidad, para trasmitir
tranquilidad y armonía al conjunto por medio de un contraposto y una ligera
curva praxiteliana. Por el contrario, en la de Bernini las líneas diagonales
predominan, al igual que las serpentinatas teniendo por tanto diferentes puntos
de vista según se gira sobre la escultura para obligar al espectador a
interactuar con la escultura (utilizando la cenestesia típica del barroco).
.
.
Por un lado, la luz en la obra de Miguel Ángel influye de
manera que resbala sobre él con claroscuros en el pelo y en los ojos (lo que
produce una sensación de tensión en todo el junto, la denominada terribilitá).
Por otro lado, en la de Bernini la luz profundiza más con los claroscuros de
ceño fruncido y en la boca (totalmente tensa). Esto se realiza mediante la
técnica clásica del trépano.
Ambas son monócromas, pues tanto en Renacimiento como en
Barroco no tenían constancia de la policromía clásica.
Tanto el gesto facial como el lenguaje corporal son totalmente distintos en ambas figuras, y si Miguel Ángel ya trabaja la terribilitá (anunciando el manierismo), Bernini explota los gestos hasta el extremo, intentando llegar al espectador por medio de os sentimientos
.
El David de Miguel Ángel pertenece al Renacimiento,
concretamente al Cinquecento (siglo XVI) por la armonía y proporción del
conjunto, aunque se comienzan a observar rasgos manieristas como la desproporción
de la mano o la terrebilitá en la mirada, mostrando la tensión del momento.
El
David de Bernini pertenece al Barroco (siglo XVII) como se observa en la
composición de líneas diagonales y en las formas serpentinatas de la escultura.
Miguel Ángel realiza esta obra con una función de prestigio
para el mecenas del momento (la república florentina) y así resaltar su
personalidad e importancia a través del arte. El momento histórico lo refleja por medio de la
composición simétrica y equilibrada ya que en el Renacimiento se pretende el
retorno de los ideales clásicos respetando tanto el canon como la proporción.
Sin embargo, Bernini realiza esta obra con una
intención de propaganda política para que el mecenas resalten su poder y prestigio ante la población. El momento histórico lo
refleja por medio de las formas serpentinatas ya que la sociedad barroca se
encontraba en una situación de inestabilidad ante la contrarreforma (división
entre católicos y protestantes) del mundo religioso expresando a través del
arte la intraquilidad por medio del movimiento.
Se trata del paso de la belleza a la persuasión.
Ambos autores tienen total
libertad para crear sus obras ya que desde el Renacimiento el artista adquiere
el valor de intelectual al crear él sus propias obras (viene dado por el
antropocentrismo y el humanismo renacentista) y en el Barroco pasa a ser un
engranaje más al servicio de los grandes poderes, es decir, un funcionario de
la propaganda.
Miguel Ángel influyó en Giambolonia (escultor manierista) en
su obra El rapto de las sabinas y en pintura a Pontormo en su obra el Traslado
del cuerpo de Cristo. También influye en el barroco italiano con sus ideas
manierista. Bernini influye en arquitectos como Rainaldi y Juvara (creadores
del barroco más clasicista) y a escultores como Algardi y Duquesnoy
(contemporáneos suyos). Ambos tendrán una importante influencia en sus
contemporáneos que imitarán sus modelos.
Miriam Gutierrez. 2º Bach. IES Los Olivos en Mejorada del Campo
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