Se trata de una obra al óleo sobre lienzo, como era habitual en el pintor.
Composición. La obra se compone de un friso horizontal que engloba a las dos figuras que se convierte en una forma triangular con el vértice superior (idea que reafirman las miradas)
Predomina el color sobre la línea, con una pincelada suelta que gradúa su intensidad en las distintas partes del cuadro (desde la pura mancha de la parte superior a el toque breve, casi imperceptible, del cuerpo de Danae)
Los colores son fundamentalmente cálidos, recurriendo a los fríos tan sólo en el ángulo superior derecha. Son en general saturados, generando una opulencia visual que es habitual en el pintor.
Por su novedad, resulta asombroso cómo es capaz de pintar claro sobre claro (Danae en su contacto con las sábanas) en donde las formas se disuelven unas en otras y tan sólo ligerísimos matices de luz y color consiguen separarlos)
La luz (representativa) se derrama por medio de un doble foco. Uno proviene de la izquierda e ilumina las figuras, el otro (más temático que técnico) se produce en la parte superior (en realidad una verdadera apertura de gloria desacralizada). Su suave gradación sirve tanto para definir las formas como para sugerir las texturas.
El espacio es reducido. Tiziano busca involucrarnos en el tema acercando las figuras directamente al espectador. Las sitúa en un interior reforzado por las sábanas inferiores y los cortinajes y sólo se nos permite una salida visual en la parte derecha. En ella existe una fuerte ambigüedad (¿es una ventana, aunque sin marco? ¿estamos al aire libre lo cual es imposible por los cortinajes?)
Las figuras no pueden ser más distintas, jugando con ellas en un claro anticipo del barroco (oponiendo rasgos contrarios, belleza frente a fealdad, piel suave y nacarada frente a otra ajada y oscura, actitud pasiva frente a otra activa, el abandono sensual frente a la codicia de la criada...) Velázquez utilizará constantemente esta técnica, especialmente en su obra primeriza (Baco)
COMENTARIO
El cuadro forma pare de las poesías realizadas por el pintor para Felipe II (aunque las últimas investigaciones proponen que el cuadro, aunque en manos del monarca, fue comprado a un coleccionista italiano por Velázquez en su primer Viaje a Italia).
Estas obras mitológicas (a las que el pintor denominaría Poesías, realizando las primeras para el studiolo de Alfonso I en Ferrara) eran cuadros de fuerte contenido erótico que, a la vez, funcionaban como Espejo para Príncipes, emblemas morales que sirvieran para su educación, sirviendo como lugares de reflexión (en este caso, como ya decíamos, la inutilidad de oponerse al destino). Aquí explicamos más el tema.
La obra pertenece a la madurez del artista, cuando este ha desarrollado plenamente sus técnicas, proponiendo un mundo sensorial a través de su pincelada suelta (heredada de su maestro Giorgione) que insiste en las texturas, tan ricas (cortinajes), sensuales (cuerpo de Danae) o atmosférica (la lluvia de oro).
Un verdadero canto a los sentidos que supera las maneras florentinas (sólo es necesario compararlas con la Escuela de Atenas de Rafael) y está anticipando las formas barrocas (Velázquez, Rubens, Rembrandt o Ribera beberán en sus cuadros, a veces copiándolos directamente, otras inspirándose en su técnica y colorido). Para la modernidad será fundamental el uso que realizará Manet de su obras (Olimpia, Desayuno en la Hierba)
No se pueden comparar "las maneras florentinas" con los "sentidos venecianos", es como comparar el agua con el aceite. Cada manera tiene su valor y su forma de expresión. Y agrego que Tiziano es el artista que inicia todo un lento y gradual desarrollo de un proceso pictórico hacia lo que va a ser el Impresionismo. Saludos desde Argentina.-
ResponderEliminarTienes toda la razón, dos mundos. Y uno de ellos comienza con Tiziano
EliminarTienes toda la razon, tiziano es un grande de la pintura, le debemos muchas cosas. AMEN JESUCRISTO.
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