Warhol, publicista antes que artista, fue el gran creador de iconos visuales de la segunda mitad del siglo XX, tan sólo comparable a Picasso (al que siempre buscó emular en cantidad de trabajo y fama).
Realmente, por muy alejado que se encuentre uno del mundo del arte, todo el mundo conoce sus imágenes de Marilyn, Elvis, Sopa Cambels, el plátano de los Stones, el propio Mao, su misma imagen de artista ...
¿Por qué su fama?
Porque, entre otras cosas, consiguió sublimar la la realidad y presentarla de una forma nueva, fácilmente reconocible (y recordable), lista para ser reproducible una y otra vez (como él mismo ya realizaba con sus múltiples).
De esta manera el personaje o el objeto dejaba de ser en sí mismo para convertirse en un icono que aludía a toda una forma de vivir (el sueño americano) en donde éxito (comercial o económico), utilidad y fugacidad (al ser algo que cambia constantemente y es sustituido por nuevos mitos) eran los referentes del nuevo capitalismo de los años 60.
Manipulaba así la realidad para convertirla en signos reproducibles, vaciándola de otros contenidos que no fueran los que hemos mencionado, convirtiéndose en un bálsamo (acaso falso) de una sociedad en expansión basada en el consumismo, la necesidad (casi patológica) de ascenso, el dinero, de reconocimiento social
Proporcionaba así todo un conjunto iconográfico a un país (EE UU) privado de ellos (antes de él tan sólo el rascacielos era su imagen-fuerza), permitiéndole su mayoría de edad visual, independiente de la cultura europea, hasta entonces hegemónica.
Sin embargo (y no insistiremos bastante en este tema), Warhol es profundamente posmoderno, y nunca nos deberíamos quedarnos en la primera mirada (y significado) de sus obras.
Una lectura más reposada de la misma nos da resultado totalmente contrarios a lo que acabamos de decir. Como ya vimos en otros artículos, ni sus retratos eran retratos ni el gran sueño americano era tan hegemónico y positivo.
En su producción hay, en definitiva, una profunda carga de profundidad contra aquello mismo que parece ensalzar, y nos hablan también de violencia, de vacío existencial, de múltiples máscaras o de profunda tristeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar en este blog. Tus sugerencias serán siempre bienvenidas.
No olvides que si publicas un comentario estás aceptando algunas normas.
Por favor, sé respetuoso en tus palabras. Por supuesto puedes estar en desacuerdo con lo dicho en este blog, y también criticarlo, pero guardando las normas básicas de educación.
No se admite spam y contenidos publicitarios (serán eliminados)
Por el hecho de comentar aceptas nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres (recuerda que puedes hacerlo con tu perfil blogger, nombre y URL o en modo anónimo; no es necesario email)
Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad.
Responsable de los datos: Vicente Camarasa (contacto correo en la parte superior derecha del blog)
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)