Muy pronto, la pintura metafísica de plazas e interiores, se pobló de maniquíes.
Estos comenzaron a aparecer en el periodo anterior a la primera Guerra Mundial, cuando conoce a Carrá en Ferrara, en donde trabajará para el gobierno italiano en tareas de intendencia, imposibilitado físicamente para marchar al frente.
Parecería como si predijera la matanza de la Gran Guerra, la máquina de triturar hombres en la que se convirtió.
Estéticamente, evolucionan directamente de las habitaciones metafísicas, como si sus puzzles cobraran formas humanoides que oscilan entre la risa y el miedo e insisten, una vez más, en la profunda soledad que rezuman sus obras.
Pues, sin rostro, ¿son humanos reconvertidos en máquinas?
o, acaso ¿extrañas maquinarias que sueñan con ser alguna vez hombres?
Sin rostros, se mantienen impávidos, esperando también, aunque en su obra más madura las vemos evolucionar hacia formas más sensibles y emotivas que intentan abrazarse buscando un rastro de humanidad
Su conexión con el futuro Dada es evidente, como sus máquinas inútiles, los Mertz de de Schwitters, las alucinaciones maquinistas de Ernts (Elefante de las Celebes)
.
De la misma manera, tanto Magritte como Dalí tomarán estan construcciones humanoides como base de muchas de sus obras.
Dalí. Hombre invisible
Detalle del Gran Masturbador. Dalí
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