Los grandes machones del claustro son perfectos para entender todos los recursos estéticos (pero en gran manera también iconográficos) del Románico.
Si recordáis, éste es un arte mental en donde no interesa plasmar la realidad. Por el contrario, es un arte didáctico que intenta enseñar. Por tanto, el mensaje (más que la propia belleza) es lo fundamental, y las formas tienen que adecuarse a él
Esto creará, por ejemplo, la ley del marco, en donde las figuras se tienen que adaptar a la arquitectura previa
Las figuras se situarán en filas paralelas, sin excesiva individualización, creando isocefalia
Pues en su estética de lo transcendente, el individuo y sus emociones no interesan. El mensaje es divino y lo cotidiano pasa a un plano menor. De aquí que las figuras carezcan de expresión y sea hieráticas.
Tampoco interesará el canon correcto del cuerpo humano (pues realmente el hombre es insignificante), y éste se alargará (o encogerá) en función a la composición
De la misma manera, el mundo es una simple ilusión, especialmente comparado con el Otro Mundo, el divino.
Por ello se renunciará a la perspectiva, apareciendo fondos planos sobre los que son imposibles apoyarse. Por ello, los pies adoptan una curiosa deformación denominada pies danzantes o en tijera
Por ello se renunciará a la perspectiva, apareciendo fondos planos sobre los que son imposibles apoyarse. Por ello, los pies adoptan una curiosa deformación denominada pies danzantes o en tijera
Todas las obras buscan, en el fondo, transmitir un mensaje de claridad (para facilitar la lectura) que, en el fondo tiene sus componentes simbólicos: plasmar el orden superior (divino) en nuestro mundo.
De aquí derivarán composiciones simétricas y controladas por la geometría que hablan (en último término) de un Dios arquitecto que diseña nuestro mundo
De aquí derivarán composiciones simétricas y controladas por la geometría que hablan (en último término) de un Dios arquitecto que diseña nuestro mundo
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