Primero desaparecieron las correas y más tarde los dueños, y un mes después el parque quedó al dominio total de los perros grandes y pequeños.
Al principio hubo que alambrar las zonas de juegos infantiles para que los perros no atacaran a los niños, pero más tarde se consideró la medida demasiado coercitiva y se abandonó.
Se prefirió entonces multar a los viandantes presas de ataques de pánico ante un injustificado miedo hacia los canes, ¡Hanimalillos!, y más tarde se decidió crear una valla de perímetro que protegiera el parque de los vandalismos humanos que le rodeaban, y se soltaron colonias de gatos para que pudieran jugar con los perros, aunque una terrible mano negra los hizo desaparecer.
Muy pronto el barrio empezó a ser recorrido por inmensas manifestaciones que pedían la declaración del parque como Reserva Nacional, y se eliminó el cine de verano al que ya nadie asistía y luego se derribaron con grandes gritos de júbilo los recintos acotados para los perros sueltos al considerarlos una clara amenaza y una forma de coartar las libertades de los cuadrúpedos.
Y hubo incidentes, no lo vamos a negar, pero se dan por bien sucedidos frente a este ejemplo de tolerancia y livertad que sucedió en un barrio de Madrid y nos hizo a todos más conscientes de los derechos de los animales frente a la raza humana opresora que solo sabe poner leyes, límites y cadenas a las cosas, como aquellos inhumanos furtivos que entraban durante la noche con recogedores caseros de cacas, amenazando así el equilibrio ecológico de la zona.
Y hubo incidentes, no lo vamos a negar, pero se dan por bien sucedidos frente a este ejemplo de tolerancia y livertad que sucedió en un barrio de Madrid y nos hizo a todos más conscientes de los derechos de los animales frente a la raza humana opresora que solo sabe poner leyes, límites y cadenas a las cosas, como aquellos inhumanos furtivos que entraban durante la noche con recogedores caseros de cacas, amenazando así el equilibrio ecológico de la zona.
- Solo hay una vida y la tenemos que vivir juntos - dijeron los defensores del recién estrenado Parque Nacional que pronto fue subvencionado con fondos públicos.
Una de sus primeras medidas fue eliminar las vallas que rodeaban el parque por de nuevo considerarlas opresivas, y muy pronto fue el barrio entero el que se convirtió en un recinto de Cannes, y luego la ciudad entera, y sus alrededores.
Un prodigioso crecimiento que se engendró en este parque conocido desde entonces como el Gran Faro de la hIgualdad.
¿Y pueden creerse que aún existen personas (¿realmente las podemos llamar así?) que critican todo esto por el simple hecho que tuvieron que abandonar sus casas para vivir en chabolas autoconstruidas junto a la autopista de circunvalación?
Realmente, hay gente que no sabe lo que es el respeto ni la educación.
Malditos sean
R.
Muy cierto, vivimos en donde todo ya rebaso a la sociedad, en donde no sabemos quien es más animal, ni hablar cada vez sera más difícil cambiar las cosas.
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