De origen Bretón, Lorenzo de Mercadante llega a Sevilla a mitad del siglo XV para realizar el sepulcro del cardenal Juan de Cervantes, trabajando después en varias portadas de la catedral, siendo esta del Nacimiento su obra más interesante de toda esta producción.
Mezclando la talla en piedra con el uso del barro cocido, vemos en él una clara evolución de los modelos gótico borgoñones de fines del gótico, con anatomías robustas, gran bulto y gusto por el detalle.
En general huye de la idealización en busca de tipos a menudo populares, llenos de vida y realismo, con un gran interés por el desarrollo de los ropajes, ampulosos y de amplios pliegues.
Resulta interesante constatar su escaso interés por la representación perspectivica, utilizando fórmulas ya muy superadas. Posiblemente se trate de una consecuencia más de su interés por la figura humana que se convierte en el eje primordial para componer los conjuntos
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