La familia real por Antonio López.

 

Es una lástima, pero es un gran cuadro fallido.

Fallido por el tiempo utilizado (fue encargado en 1992, en el momento álgido del rey), más de veinte años. Cuando fue entregado la familia de Juan Carlos I (como se denomina el cuadro) ya no respondía al objetivo inicial. Todos los sucesivos escándalos de las infantas y el rey fueron deteriorando de tal manera la imagen de la familia real que casi interesaría más esconderlo que mostrarlo para no recordar más toda la negrura que esconde la imagen (curiosamente blanqueada por el fondo blanco y luminoso que les envuelve como un aura)

Esto incluso se terminó trasluciendo en su composición. La figura de Felipe (que se encontraba junto a su padre) fue desplazada y aislada del resto para salvar su imagen.

Es fallido por lo que quería convertir a la familia del rey, a mitad de camino entre lo campechano (una familia modelo de clase alta pero no inaccesible) y lo protocolario, sin acertar con ninguno de los términos. Les había eliminado su carácter sacro, ceremonial sin aportarles una verdadera vida real más allá de las apariencias que mantienen en los actos oficiales.

Ni siquiera los sentimientos son ciertos. El supuesto amor a Sofía que agarra del brazo cuando su distancia ya era sideral. Su sonrisa (la de la reina) como la perfecta representación de sus funciones protocolarias en las que la sonrisa es uno de sus primeras y más importantes clases. ¿El miedo que atenaza al futuro rey?