La revuelta
Si Millet representó el duro trabajo de los campesinos o Courbet escandalizó a la sociedad con sus cuadros eróticos o con sus nuevos protagonistas (picapedreros, campesinos dominados por la religión, Proudom), Daumier fue durante toda su vida un espíritu mordaz que utilizó tanto el grabado como la pintura como azote de la sociedad burguesa parisina, sufriendo prisión por sus ataques directos a Luis Felipe de Orleans por su famosa representación como Gargantúa
Tomado de wikipedia
Representa así el espíritu de los tiempos que, tras los fracasos revolucionarios (primero el del 30 y luego el del 48), abandona el subjetivismo y la huida romántica para implicarse en la sociedad y criticar todos sus aspectos (políticos pero especialmente sociales y económico), tal y como vimos aquí.
De esta manera confluye con el mundo literario del realismo (Balzac, Maupasant o Flaubert) y más tarde del naturalismo (Zola, Blasco Ibáñez en España) que fustigan sin piedad las costumbres de su tiempo, tanto en el mal reparto de la riqueza como en las múltiples imposturas de la alta burguesía iniciadas en tiempos de Luis Felipe de Orleans y magnificada en el Segundo Imperio de Napoleón III.
De esta manera, Daumier tanto se posiciona a favor de las clases bajas en la Manifestación como critica ácidamente el mundo literario o el de la justicia (ambos los conocía muy bien) y todas sus podredumbres.
Los tres abogados discuten satisfechos de su trabajo mientras una mujer, pobre, llora en un segundo térmico, pues la justicia no es igual para todos
Técnicamente, Daumier siempre utilizó una técnica bastante poco depurada, heredada en parte del gusto por las masas cromáticas de Delacroix, que huye precisamente del dibujo (tan básico en sus grabados) para crear personajes abocetados que, simbólicamente, dejen de representar al individuo para hablar de la clase, el grupo, el tipo. Pues sus personajes no son personas sino verdaderos arquetipos como puede verse en la lavandera o el Vagón de tercera
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