Ya que estamos por destrozar la historia y sacarle mensajes ocultos a las canciones por qué no lo hacemos en serio
Machaquemos a Mecano, que está de moda, y siempre es bueno tener mucho público y atención mediática
Este es su canción del peón de negras
¡Habráse visto desatino!
Una prueba el carácter racista de sus componentes pues el protagonista, que siempre es inferior, es negro, y encima es bajito y cabezón ¿No había nada más para vituperarle?
Una loa a la putrefacta monarquía (¡viva la República manque pierda!) para luego convertirse en un puro himno revolucionario que ensalzar el regicidio de esta sacrosanta institución (¡Viva el Rey de copas!).
Pero ahí no acaba la cosa, y la canción tiene un evidente menosprecio hacia los homosexuales (Culea de estribor, me enfile por Detroit) y una burla a las mujeres que, encarnadas en la reina, tienen que acudir a los servicios pagados del peón de negras en la caja de ajedrez.
Hay, además un ataque inmisericorde a esa Legión en su santo y seña como novio de la muerte que realiza, encima, un negro para mayor inmisericordia.
Y un ataque gratuito a los minusválidos físicos como ese tuerto que tiene que poner un estanco.
Y un canto a la violencia cuando dice el mejor peón blanco es el muerto.
Y un alegato por la pereza para que nuestros niños y jóvenes se vuelvan obesos insanos cuando están allí tumbados, fuera del tablero.
Es una burla a nuestro país vecino en su bonita ciudad de Estoril que vuelve una Sodoma y, seguro, un mensaje cifrado antifranquista pues en ella vivió Don Juan en el exilio o, peor aún, un apoyo de la monarquía como gobierno insano o, tal vez, una crítica feroz hacia nuestros descubrimientos que se hicieron en aquel océano. Una forma de esconder su menosprecio hacia los extranjeros, a los que hablan otro idioma que nosotros no sabemos entender, hacia el clima atlántico incluso de esta panda de mesetarios que no saben apreciar el orgullo de la lluvia sobre los adoquines (¿serán estos de Mecano unos extremistas de la losa de cerámica? Sería lo que les faltara).
¿No queríamos manipulación? Pues aquí la tenemos, por arrobas.
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