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miércoles, 4 de septiembre de 2019

AQUELLAS PRADERAS AZULES. Intento de poema que nunca fue

DALE AL MELANCÓLICO PERO TIERNO PLAY
.

Nunca terminó de serlo, Sara. Nunca se terminó.
Yo lo comencé la misma noche en la que nos separamos con un suave beso en los labios, deseándonos suerte pues

No hubo rencor;
solo una tristeza de hierba sin dueño,
sin estrellas que nos mirasen,
sin apenas viento.

Escribí eso como una fuente gotea tristeza, sin odio, sólo melancolía de

Los lugares a los que nunca viajaremos,
de las risas que no tendremos.
Pues tú hoy te marchas,
me marcho yo
Nos vamos.

Apenas una buena  suerte, Luis, fue bonito pero imposible.
- Sí, es cierto, Sara. Nunca...
- No, no lo digas. No rompas el hechizo para

que nos quede en el recuerdo
y haga memoria de nubes y cielo  donde sólo hubo negro,
sin siquiera viento,
sin flores,
puro cemento.

Me dijo eso sólo con un gesto y yo obedecí, lo hice sin quererte de veras pero con todo el cariño que me intentaste dar, que yo te di en las menguadas dosis que aún tenía. 
Ambos

con los corazones alborotados en otros sueños pasados,
aquellos que ya nunca volverán,
pues ya son recuerdos,
imposibles recuerdos que ya no saben resucitar y,

Por mucho que quisimos comprar con nuestros besos nunca tuvimos dinero bastante para pujar por ellos.

Besos prestados de otro,
¿no fue eso?
Locuras impostadas,
luces que no nos pertenecían y

Nunca pudieron alumbrarnos durante esos meses pese a todo lo que lo intentamos, ¿verdad, Sara? 
No eras tú ni yo, era que no nos pertenecíamos, pero en algún momento creímos que el camino podría ser más fácil juntos.

Olvidar,
ese era el plan.

Que fracasó un día tras otros aunque intentáramos jugar con nuestras manos y decirnos cosas con los dedos mientras callábamos

Insomnes,
naufragados.
Niños perdidos 
de juguetes rotos.
Amantes...

No, la palabra siempre fue excesiva. Ni siquiera amigos. Simplemente

Dos solitarios
sin paz ni resguardo.
Ajenos a los colores de la primavera
que florecían en el mundo
pero no en nuestros pechos.

Mucha suerte, Sara y gracias por este tiempo.



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