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lunes, 8 de enero de 2024

PNYX. LA ASAMBLEA ATENIENSE















Frente a la Acrópolis y el Areópago, en la llamada colina de las Musas, existe ahora una simple explanada que fue la primera asamblea democrática de la historia, la llamada Eklessia, que funcionó desde el siglo VI a C.

En ella se tomaban las decisiones por parte de voto directo de los ciudadanos (hombres atenienses libres) y se practicaba el ostracismo. En ella hicieron sus discursos Clístenes, Pericles o Alcibíades.















Para todo ello se aplanó toda una parte de la colina (la superior), utilizándola como un gran teatro proyectado sobre la ciudad de Atenas.


















Posteriormente se creó una segunda explanada inferior, invirtiendo el sentido del auditorio (contra Atenas). Para ello crearon un alto muro de contención semicircular con caída hacia el sur y escaleras de acceso.











En este momento se creó una tribuna especial para los oradores


















Junto a este esquema general se unen dos grandes stoas (siglo IV, pero nunca acabadas) cerrando la parte superior.















El Altar de Zeus Agoraios, contemporáneo de las stoas (luego trasladado al ágora)

El Santuario de Zeus Hypsistos, en donde se practicaba la sanación en un nicho en el mármol















Y un reloj solar

—La mayoría no decide. En esas Asambleas de locos a las que vas, unos pocos demagogos toman las decisiones y convencen a la mayoría de que vote lo que ellos quieren. Perseo se quedó desconcertado. 

—Así funciona la democracia. Casandra negó exasperada. Cuando era niña le parecía que la Asamblea era una reunión de hombres sabios, igual que pensaba que lo era su padre. Sin embargo, desde que estaba casada con Perseo, él le contaba todo lo que sucedía en las Asambleas, y ahora le daba la impresión de que cuando los hombres se reunían en multitud se convertían en una especie de bestia gigante, tan impulsiva como fácil de manipular. 

—La Asamblea se arrepentirá de haber rechazado la propuesta de paz, igual que se arrepintió de matar a los generales.

(...)

«Al menos recuperamos la democracia», se dijo mirando a la colina de la Pnix. Habían construido un recinto de piedra para celebrar las Asambleas, un anfiteatro en el que las gradas apuntaban hacia la ladera de la colina y el estrado se colocaba en su parte más alta. Aquélla era una de las pocas obras que habían llevado a cabo en esos años de paz y pobreza.

El asesinato de Sócrates (Marcos Chicot)


                                DE TURISMO POR ATENAS

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