Esta artista colombiana refleja el drama de su país de forma elusiva pero no por ello menos terrible
Dentro de esta categoría estaría en las obras dedicadas a Julio Cesar Turbay, presidente marcado por la corrupción el narcotráfico y la represión
Como una parodia de lo que hiciera Goya en la familia de Carlos IV nos presenta en un telón o en múltiples a la manera de Warhol, esa corte de las Maravillas, tan fatua como terrible
En cuanto a la violencia no se representa tampoco en sí sino a través de sus consecuencias, con múltiples escenas de personas que lloran con las manos tapándose la cara, hombres que abren o portan féretros a los que llama irónicamente cajas de ofrendas, o cargueros, soldados que cargaban los asesinatos políticos hacia el cementerio
En todas estas obras se utiliza un dibujo deformado que nos recuerda los primeros expresionismos (aunque pasados por el folclore popular) y cromatismo lleno de colores ácidos, profundamente inquietantes que convierten en puras sombras a muchos personajes.
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