EL GRECO. EL TRÍPTICO DE MÓDENA

Antes de trasladarse a Venecia, Doménikos realizó en Creta la obra maestra de su producción juvenil: el Tríptico de Módena (descubierto en los depósitos de la Galleria Estense en el año 1937)

Se trataría de un pequeño altar portátil en forma de tríptico, pintado por ambas caras.

Algunas de las escenas son muy habituales como el Bautismo de Cristo, la Anunciación, Adán y Eva o la adoración de los pastores. En ella la iconografía es bastante occidental (veneciana)

En la tabla central  se encuentra la Alegoría del Caballero cristiano, coronado por el propio Cristo resucitado que se impone sobre el demonio y la muerte. (Y en la parte baja una especie de Juicio Universal con su característico infierno como las fauces de Leviatán, una iconografía típica del mundo bizantino)

En su parte trasera se encuentra del Monte Sinaí

Toda la obra es un mosaico del estilo mestizo del pintor, que conserva características de los iconos griegos (pan de oro, escasos claroscuros, una utilización fragmentada del espacio) con el mundo veneciano que podría conocer de primera mano o a través de influencias indirectas (el uso del color, la pincelada suelta.

Esto será algo habitual en el pintor, que unirá también las influencias del manierismo de la Italia central

El Tríptico está firmado como Cheìr Doménikou en letras capitales (Algunos especialista relacionan esta firma con la variedad de temas y soluciones estéticas y plantean este pequeño tríptico (tan fácil de transportar) como una especie de catálogo personal que poder enseñar a posibles clientes)

Su influencia será directa en las obras venecianas o las primeras españolas (Alegoría de Felipe II)

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