En la provincia de Burgos, muy cerca de su capital y también, de Atapuerca, se encuentra el monasterio de San Juan de Ortega.
En él se venera la memoria de uno de los grandes santos constructores (patrón de aparejadores) que, nacido en el seno de una familia noble, seguirá a Santo Domingo de la Calzada, colaborando con él en la realización de vías y puentes para facilitar el tránsito a los peregrinos del Camino de Santiago a su paso por las localidades entre Logroño y Burgos.
En 1111 viajó en peregrinación a Tierra Santa, en donde se comienza a extender su fama milagrera, fundando a su vuelta un albergue y capilla de San Nicolás en los siempre peligrosos Montes de Oca. Para ello contó con el apoyo real (que tanto le interesaba el camino tanto en lo económico como en lo político o cultural) la reina doña Urraca y su hijo Alfonso VII, de quien fue confesor y consejero, y que le otorgaron numerosas donaciones.
Tras su muerte, en torno a 1163; su fama milagrera crecerá, siendo un punto esencial del camino
De todo el conjunto el elemento más representativo es la iglesia, en transición entre el románico y el gótico.
De naves muy cortas destaca una gigantesca cabecera de tres ábsides y gran transepto (románico en sus partes bajas y ya gótico en las superiores pasando por un cuerpo intermedio de filiaciones cistercienses) a la que se van añadiendo unos nuevos tramos a los pies de origen tardomedieval.
Es bellísima toda su decoración escultórica en la que podemos encontrar varias fases, desde una claramente románica a otra de transición
Precisamente en el último capitel, ya en vías hacia lo gótico, se produce el famoso milagro de la luz, en donde un rayo ilumina la figura durante el solsticio de verano, una técnica repetida desde el antiguo Egipto (Abu Simbel) y que nos habla de la continuidad de ciertas cuestiones arquitectónicas relacionadas con los conocimientos esotéricos (aquellos que se escapaban del vulgo) y que tanta importancia tuvieron en la Edad Media (desde este tipo de milagros al juego de la oca del que ya hablamos, los laberintos góticos…). Toda una gran cantidad de conocimientos que se reservaban a una élite capaz de asimilarlos y utilizarlos correctamente y que sólo se mostraban al pueblo en sus dosis justas, perfectamente calculadas para transmitir un mensaje que (aunque simple) no tuviera posibilidad de equivocación
Junto a la iglesia se abre un amplio conjunto que une funciones conventuales con albergue de peregrinos. Los edificios, en proceso de restauración corresponde a varias épocas, como podéis comprobar en las fotos
Merece especial atención el sepulcro del Santo, también románico final, de excelente labra
UNA FOTOGALERÍA ENLAZADA DEL CAMINO DE SANTIAGO