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miércoles, 30 de noviembre de 2016

LAS PRIMERAS PUERTAS DEL BAPTISTERIO DE FLORENCIA. ANDREA PISANO


Entierro de San Juan Bautista

Aunque las más conocidas fuera las segundas puertas realizadas por Ghiberti (las llamadas del Paraíso que ya analizamos aquí), las primeras que abrieron la serie fueron las realizadas por Andrea Pisano.

Bautismo  con su dorado original y sus características montañas al modo del Giotto


Virtud de la Caridad

Ya con un cierto prestigio, realizará en ellas su obra maestras que pondrá el arte del relieve en las mismas puertas del Renacimiento.


Su estilo había bebido de los anteriores Pissano (aquí ya analizamos) la escultura clásica y los mosaicos interiores del Baptisterio (que sirvieron para muchas de sus composiciones), pero, a diferencia de los anteriores, se había terminado por depurarse con la contemplación de las obras de Giotto que ya existían en Padua y Florencia.

Bautismo de Cristo

De hecho, será el propio Giotto el que inclinará la balanza a su favor para estas puertas, y posteriormente trabajará con él en los trabajos de Santa María de las Flores.

Virtud de la Humildad

Realizadas en bronce, las puertas se componían de 28 casetones rehundidos (y remarcados por un juego de picas y florones) en cuyo centro se abría un marco polilobulado de escaso relieve.

Sobre este pie forzado, Andrea Pisano tuvo que realizar una extensa narración de la vida de San Juan Bautista (recordemos que se trataba de un baptisterio), a las que se añaden las figuras de las Virtudes

En sus distintas piezas observamos un fuerte interés por la figura humana que resuelve (de forma especialmente feliz) cuando le aplica paños.

Presentación de la cabeza de San Juan Bautista, a mi humilde juicio, una de las mejores obras de la Puerta por su contención, clasicismo y solemnidad casi renacentista

Evidentemente, en su trazado encontramos la lección de Giotto y su  gusto por el claroscuro que aportada masa a los cuerpos, pero como apunta White, también hay en la caligrafía ondulada de sus paños ecos sieneses o tal vez franceses, que, sin perder magnificencia, dan un "carácter fluido (...) y dotan a las puertas de un ritmo de carácter decorativo totalmente desconocido en el arte de Giotto"

 En las composiciones se muestra mucho menos novedoso, y en general predominan aquellas simétricas, aunque tampoco faltan las que (de nuevo desde Giotto), los grupos que se cierran en óvalo 






El éxito de la fórmula será fundamental para la realización de las primeras puertas de Ghiberti, que competirán con ellas en un mismo marco arquitectónico

martes, 29 de noviembre de 2016

FRANCISCANOS VS DOMINICOS EN VENECIA


                              San Juan y San Pablo

Como ocurre en tantas ciudades de origen medieval, las dos grandes órdenes mendicantes rivalizaron en sus templos como una forma de hacerlo también en su influencia social (este hecho ya lo hemos visto en Florencia, con las inmensas construcciones de Santa Croce y Santa María Novella).


 Basílica dei Frari

En Venecia fueron la basílica del Frari (franciscanos) y de San Juan y San Pablo (dominicos), situadas a ambos extremos de la ciudad, en la periferia del núcleo medieval y cercanas a los grandes grupos de burgueses organizados en gremios.
Basílica dei Frari

Ambas serán construidas bajo los presupuestos del gótico mediterráneo del que fueron los grandes impulsores.






















Poca diferencia de altura entre naves
San Juan y San Pablo
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Pilares simples, sin baquetones. Bóvedas de crucería barlongas
San Juan y San Pablo

La falta de arbotantes exteriores se compensa con su altura menor, contrafuertes entre capillas y tirantes de maderas para consolidar las naves. Ofrecen así una diafanidad verdaderamente espectacular.
Basílica dei Frari
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Los ábsides se vuelven poligonales y se llenas de vidrieras
Basílica dei Frari
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Al exterior estos ábsides se convierten en grandes masas que entran en la ciudad
Basílica dei Frari


Estructura bipartita y ladrillo como elemento esencial
San Juan y San Pablo
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Fachada ad triangulum
San Juan y San Pablo

Basílica dei Frari
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Las ventanas son escasas y sólo en los laterales del transepto se abren grandes vanos con vidrieras
San Juan y San Pablo

lunes, 28 de noviembre de 2016

MARGARITONE DE AREZZO. SAN FRANCISCO


Antes de las grandes figuras de Duccio o Cimabue, existieron una serie de autores menores que lograron ir rompiendo con la maniera greca (bizantina) que había dominado el románico (Sant Angelo in Formis) y el primer gótico (Pietro Cavallini).
Ahora nos pueden parecer toscos, e incluso un tanto infantiles, pero habría que ponerse en su contexto para comprender la gran aventura intelectual que estaban iniciando: separarse de un modo de hacer que llevaba siglos instalados y, por primera vez, cuestionar las reglas "casi sagradas" de la pintura, y pasar de idealismo platónico a un aristotelismo que acepta la realidad como objeto de la pintura (y no su idealización absoluta bajo esquemas intelectuales previos)
Así es cómo deberíamos entender el inicio de la perspectiva en su tosca casulla, la realidad de su cíngulo o la expresividad de la mirada.
Están empezando a traducir un sentimiento, el franciscano, que amaba el mundo y apelaba a los sentidos y las emociones para conocerlo, que serán básico en los pintores de Trecento (aquí lo analizamos con mayor profundidad).
El autor, Margaritone de Arezzo, trabaja en el siglo XIII y será citado por el mismísimo Vasari


domingo, 27 de noviembre de 2016

SAN GIORGIO DEI GRECI. EL GRECO EN VENECIA


Poco sabemos de la estancia de El Greco en Venecia, tan sólo que admiró tanto a Tiziano como a Tintoretto (aunque muy probablemente nunca llegó a ingresar en el taller de ninguno de los dos maestros).

Por otra parte, tampoco tenemos claro, siquiera, su religión, pues mientras su hermano, Manoussos, formaba parte de la fraternidad ortodoxa no encontramos ningún documento que relacione a Domenico con dicha asociación (y, de ser ortodoxo, pronto lo dejaría de ser, pues ya en Roma se aloja en el palacio de cardenal Farnesse y en su testamento nos habla de un cristiano católico observante).

 En cuanto a su pintura, tampoco tenemos prueba alguna, pero evidentemente nunca ejerció como pintor de iconos ni mandoniere (como lo había sido en su Creta natal) y si es cierta la datación del tríptico de Módena, ya había cambiado su estilo bizantino de iconos por fórmulas occidentales antes de iniciar el viaje.

 Lo único cierto es que su paso desde Creta a Venecia debió ser fácil. La isla había pertenecido a la Serenísima desde el siglo XIII y hasta 1645, cuando fue tomada por los otomanos.

 En la ciudad de la Laguna existía una importante colonia de griegos ortodoxos (especialmente tras la toma de Constantinopla en 1453) que, como era habitual en Venecia, podían ejercer sus cultos propios siempre y cuando estuvieran vinculados a la scuola de su procedencia.

Ésta se encuentra muy cerca de la Riva dei Schiavionne, junto a la iglesia de San Giorgio dei Greci que el propio Greco vería construir (se terminó un año después de su partida) con su característica torre inclinada.


Lo que nunca conocería es la actual scuola, realizada por Longhena, ya en el siglo XVII.

 El lugar, pese a los turistas cercanos, es un sitio silencioso y recoleto sobre el canal en donde se encuentra actualmente el instituto Helénico con buenas colecciones de iconos con la iglesia, la scuola y un delicioso campo





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Una breve e interesantísima guía de Tarraco romano. Xavier Dupré


 De nuevo nos referimos a la colección de Cuadernos de Arte Español para descubrir esta breve e intensa guía que el viajero interesado por profundizar más allá del folleto le puede servir para visitar y disfrutar mejor la Tarraco romana.
Contiene una breve introducción histórica y la descripción de los principales recintos y hallazgos.
                                                        
Si se quiere profundizar más, y del mismo autor, muy interesante también esta guía arqueológica
                                                     


jueves, 24 de noviembre de 2016

LA CAPILLA DEL CONDESTABLE. CATEDRAL DE BURGOS


Tras la girola de la catedral se encuentra de uno de los espacios funerarios más impresionantes de la Edad Media.

Conocido habitualmente como la Capilla del Condestable (don Pedro Ferández de Velasco), fue encargado por su mujer  doña Mencía de Mendoza y Figueroa,  hija del I marqués de Santillana y hermana del Gran Cardenal Mendoza.
La construcción será encargada a Simón de Colonia (hijo de Juan de Colonia que hiciera el primitivo cimborrio y las agujas de la fachada) que recogió tradiciones anteriores, tanto hispanas (Capilla Real de la Mezquita de Córdoba) como foráneas (la Cartuja de Dijon, San Gereón en Colonia), creando un edificio anejo pero virtualmente independiente a la catedral.

Arquitectónicamente se recurre a la planta centralizada (¿acaso un eco del renacimiento que está comenzando en Italia?) cubierta por una bóveda estrellada cuyos plementos centrales son vaciados para convertirse en vidrieras, creando un modelo que se seguirá en la segunda (y definitiva) construcción del cimborrio de la misma catedral).
Toda la decoración de su interior fue pensada dentro de un programa unitario en donde escultura (para retablos realizados por Gil de Siloé y la siguiente generación y figuras exentas), pintura o rejería para crear un ámbito suntuoso pero lleno de majestuosidad, con la luz cenital que la ilumina suavemente
Entrada a la Capilla

Destaca especialmente (y relación con la importancia que tomó la nobleza desde Enrique II) la multiplicación de escudos que hablaran de los rangos nobiliarios, extendidos a lo largo de los siglos, de sus propietarios

En el centro del ámbito se colocó el sepulcro de la pareja, realizado con Bigarny ya en estilo renacentista, como ya analizamos aquí.