La Capilla Sixtina, por su propia importancia litúrgica, fue un espacio muy utilizado desde su creación. Esto significó un uso intensivo de velas y candiles para su iluminación que, lentamente, fue creando una pátina de suciedad sobre las pinturas.
Esto hizo que lentamente se perdieran sus colores, creando un espacio amarronado que fue el que conocieron los primeros historiadores del arte del siglo XIX, influyendo en su concepción del maestro como un simple pintor de esculturas (el tono uniforme ampliaba sus valores escultóricos)
Con la restauración de finales del XX (criticada por algunos sectores, que hablan de una limpieza excesiva, quitando efectos de hollín del propio maestro?) los colores volvieron a la luz.
Sería la Capilla Sixtina que contemplarían autores como el Greco o Pontorno, y que tanto influiría, en los cromático, en la definición de manierismo.
Como ya se podía observa en una obra anterior (el tondo Doni), el techo de la Sixtina está hecho a base de colores ácidos, tornasolados y metalizados (aquí los podéis comparar con los del Greco, uno de sus seguidores), especialmente en Sibilas y Profetas
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Muy interesante la descripción de los detalles cromáticos. Creo que en algún sitio estarán las fotos de todos los murales de la Sixtina. Estuve 2 veces, pero es imposible ver cada unidad, uno solamente aprecia el conjunto y el Juicio Final, con suerte, ya que la marea de turistas se mueve incesantemente arrastrándonos.
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