Marco Aurelio, el viejo emperador de Gladiador
Si en algo destacó la cultura romana fue en el ejercicio del poder. De la política hizo un arte, en muchos momentos perverso, pero a la postre eficaz. No es extraño que el gran fundador de la política moderna, Maquiavelo, se inspira en textos romanos (los de Tito Livio, Séneca…)
Y es que si algo interesó verdaderamente a la clase dirigente romana fue la consecución y mantenimiento del poder. Desde el emperador al tribuno local, las mejores energías del Imperio se dedicaron a la conquista de las voluntades, inaugurando muchos de los resortes psicológicos que aún utiliza la propaganda electoral. ( El fenómeno es mucho más complejo de lo que en este artículo pretendemos explicar, por lo que remitimos a otro de este mismo blog en donde se estudia con más amplitud el concepto del evergetismo, que ayudo tanto a la expansión del Imperio, como acertadamente nos señala Ana en su comentario, como a su consolidación)
Evidentemente el arte fue un instrumento especialmente utilizado en esta ansia del poder, ya fuera en el ámbito privado (el retrato que asegura la posición social, la casa y su decoración…) como en el público.
Especialmente a partir de Augusto el Emperador será objeto de especial culto y su imagen aparecerá con distintos significados (iconografías) según su actitud y vestiduras.
Thoracata, vestido de general con su coraza musculada, siendo la cabeza del poder político-militar
Togata, como pontífice máximo y representante del poder civil
Apoteósica, descalzo como un dios, a veces coronado de laureles
Augusto de la Prima Porta
Tomada de
https://sdelbiombo.blogia.com/upload/externo-2cf4bd1cff6cfeca8a17805be6c73ca0.jpg
Sin embargo, la tipología más elocuente a la hora de realzar el poder sería la estatua ecuestre que se colocaría coronando los arcos del triunfo.
Desgraciadamente la mayoría fueron desapareciendo por destrucción o fundición de su bronce y sólo nos ha quedado la tardía de Marco Aurelio gracias a un error, los cristianos de la Edad Media la confundieron con la de Constantino, el hijo de Santa Helena e introductor del cristianismo como religión oficial del imperio
Marco Aurelio
Todas esculturas, como sus precedentes griegos, estarían policromadas, e incluso doradas, como el famoso Augusto de la Prima Porta, y se han encontrado en numerosos lugares del imperio, pues se repetían casi en cadena para que todos los ciudadanos tuvieran presente la imagen del poder, habitualmente colocada en el foro.
Acueducto de Segovia
En lo que se refiere a la arquitectura, los romanos unieron la herencia clásica (síntoma de prestigio entre las clases altas) con el monumentalismo egipcio y decoración oriental. Pretendían, como dice Azcárate, transmitir por medio de la construcción las principales características del gobierno: equilibrio, monumentalidad todopoderosa, racionalización y predominio del Estado sobre el individuo.
Quizás sean los edificios de espectáculos los que mejor transmitirían esto. Bajo el lema panem et circense, pan y espectáculos, repartos gratuitos de comida y luchas, el anfiteatro se convirtió en uno de los símbolos del Imperio. En él se desarrollaban largos ciclos (de hasta 200 días consecutivos) de todo tipo de luchas, carreras… que hacían las delicias del público.
Coliseum
Inicialmente realizados en madera, su construcción en piedra utilizó las técnicas más avanzadas del momento para conseguir grandes aforos y una imagen espectacular en si misma. Para los muros portantes fue habitual (al menos desde los Flavios y mucho más desde Trajano) el opus caementitium (una especie de cemento romano) que se embellecía al exterior por medio de sillares y columnas adosadas y al interior con pinturas y relieves .
Para la creación de las gradas (cavea) se tuvo en cuenta tanto su rápida evacuación por medio de pasillos perimetrales que conectaban con las salidas a la misma (vomitoria), como su firmeza, apoyándola sobre grandes bóvedas de cañón anular que cubría los pasadizos internos.
Tomado de
https://sdelbiombo.blogia.com/upload/externo-456ce9e78bc33340bcc20c804d517475.png
La arena podía ocultar, como el Coliseum, todo un entramado de subterráneos para las jaulas de los animales, habitaciones de los gladiadores…, o incluso fosos alargados (como ocurre en Itálica) que se podían inundar de agua para realizar batallas navales o naumaquias
Anfiteatro de El Dejm. Túnez
Tomado de
https://sdelbiombo.blogia.com/upload/externo-e3054b9880ec11f1e53c162111ace4ac.jpg
A todo ello se unían otros recursos como la música de las grandes trompetas, los escenarios preparados para conmemorar una batalla..., que creaban un entorno magnífico para que, bajo la visión de la sangre y la violencia, el individuo se transformara en masa, vociferara y abucheara, siempre pendiente de la porta triufalis, sobre la que se encontraba el palco del emperador que, con era la viva personificación del poder que decide sobre la vida o la muerte.
Gladiador
Tomado de https://sdelbiombo.blogia.com/upload/externo-db05baeadb88eced835d2519aa373d8e.jpg
A estas imágenes podríamos añadir la de los desfiles triunfales o triunfos, que celebraban el poder militar del Imperio y de sus generales, grabado para la eternidad en los relieves de los arcos triunfales que atravesaban.
Relieves Arco de Tito con el expolio del Templo de Jerusalén
En dicho desfiles se exhibían grandes pancartas en donde aparecían pintados los principales episodios de la lucha que acompañaban a los carros llenos de los tesoros expoliados o los prisioneros encadenados, el sostén económico que mantuvo el imperio al menos hasta el siglo III: botín de guerra y esclavos.
Arco de Constantino. Roma
Estas imágenes del poder serán más tarde recogidas por el Imperio Bizantino y soberanos medievales como Carlomagno, pasando primero al Renacimiento y más tarde al Barroco, que volvió a reinterpretar este arte efímero de la fiesta, el espectáculo o el desfile como una forma de plasmar el poder absoluto de papas y reyes.
Ya muy cerca de nosotros, en pleno siglo XX, los fascismos retomaron estas ideas, y el fondo romano se hará sentir en las concentraciones multitudinarias, los grandes discursos, las paradas militares, la escenografía grandilocuente o los mismos símbolos (el fascio, el saludo romano…) de los regímenes de Mussolini o Hitler
Tomado de https://sdelbiombo.blogia.com/upload/externo-b4971c91b8da93bcec6e1708730d1599.jpg