No, no, antes de marchar a Barcelona para encontrarse con la verdadera literatura, aún en el Madrid casposo de los 90, deberíamos hablar de un pequeño episodio, el único de ¿amor? que protagonizó en toda su vida, al menos en la pública, al menos en la que conocemos.
Sucedió como ocurren las cosas transcendentales, por la pura casualidad de una estúpida acumulación de pequeño gestos (el último tener que atarse el cordón de los zapatos, apoyado en el saliente del escaparate de un banco que acababa de comprar el local de un videoclub). Era martes y primavera, y al levantar la cabeza, mientras bajaba el pie al suelo, se encontró con unos ojos en los que (lo supo en el mismo instante) vivir indefinidamente, acunado en el mar azul de sus pupilas.
Tan valiente sensación (siempre se ha pensado) casaría más con su etapa sevillana que con esta, bisagra, madrileña. Sin embargo, la posterior relación tuvo mucho más del futuro /.../ que de momento becquerianos de rimas cagadas por las golondrinas.
Pues todo lo que sucedió la sumió en el estupor (primero), el la melancolía (después), para terminar con la más terrible de las angustias; todo en apenas tres meses, lo que duró aquella relación tóxica que sólo tuvo de bello el azul radiante de aquellos ojos de Elena, que así se llamaba.
Quedó desde entonces incapacitado para el amor, o al menos eso es lo que él decidió pensar, que para el caso es lo mismo; y quiso imaginar que unos imaginarios cordeles se le rompieron dentro del pecho, los que sirven para amarrar como globos de helio a los sentimientos más etéreos, destrozados por las uñas de rencor que le crecieron dentro, como zarcillos venenosos.
Muchos quieren pensar que /.../ nació de aquí, al menos su profundo odio hacia todo y todos, su acuchillamiento impío del mundo que se siente podrido, incapaz de regeneración alguna, y debe ser destrozado, vuelto inválido, aunque no para construir otro sino para llegar a la nada y el nunca.
Pura tragedia sin catarsis ni enseñanza
No tengo comentario simplemente interesante tu manera de escribir y ver la vida
ResponderEliminarGracias por tus palabras
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