Evidentemente , la cantidad de este tipo de obras son más altas que en otros pintores de su tiempo, y eso no deberíamos olvidarlo, pero tampoco podemos centrar todo en esta interpretación casi psicoanalítica, y la deberíamos ampliar más al interés barroco por lo teatral (esta vez entendido como la descripción de las pasiones humanas, tanto positivas como negativas, tal y como Caravaggio practicará).
Desde este punto de vista este tema había sido utilizado desde el renacimiento como una forma de hablar de la invasión de la intimidad (más o menos manifiestas, desde el mirón escondido hasta el viejo verde por completo presente y amenazante), de la vergüenza/asco de ella y la prepotencia de ellos (que las hacen callar). Todo un elenco de emociones que, según sea la versión que analicemos, irá cambiando, convirtiéndose en un tema/base sobre el que crear numerosas variaciones (como lo hace la música barroca de su tiempo).
Se trata, por tanto, de un análisis sobre el sexo y sus violencias pero, también, sobre la sumisión de los débiles frente a estos viejos jueces, capaces de utilizar todas sus armas para hundir a aquella que no quiere someterse (ante la declaración pública de Susana, ellos la acusarán de adulterio, y sólo la intervención del profeta Daniel la salvará de la muerte). Una vida llena de violencias (físicas y estructurales) como la que nos mostrará Caravaggio.
Si nos fijamos en las distintas obras veremos, también, todo un conjunto de conocimientos artísticos que ella había heredado de su padre, desde su trato cercano con la escultura clásica (tanto para el cuerpo de Susana y sus forma de venus púdicas a la de los viejos como grandes senadores y dioses de ampulosos drapeados), el uso de la luz y el color (con una clara herencia veneciana que hace de sus obras un festín para la mirada, con una integración fantástica entre figuras y paisaje)...
ARTEMISA GENTILESCHI. ÍNDICES