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sábado, 29 de junio de 2019

LUCAS CORRALEJO. Construyamos nuestra historia no la destruyamos.

El Ayuntamiento de Cadrete (Zaragoza) ha quitado el busto de Abderraman III de una plaza de la ciudad considerándolo como una afrenta para todos aquellos ciudadanos que no tienen busto en la misma (Aquí se encuentra la noticia). 
Una primera consideración sería la siguiente: ¿por que en vez de quitar la de Abderraman,ono ponemos también bustos de otros personajes destacados? 
La idea puede parecer una perogrullada pero en el fondo es el meollo de la cuestión. 
Qué queremos hacer con nuestra historia. 
Podemos directamente ampliar la historia a todas las sensibilidades y posibilidades que la conforman, especialmente en España, un puzzle de civilizaciones, o solo contar la historia bajo unos presupuestos ideológicos. 
¿Por qué no Abderramán III y sí Pelayo?, ambos nacidos en España de una estirpe en origen extranjera. 
Reescribir la historia en términos de ideología actual no parece ser el mejor camino para comprendernos ni avanzar, y tal vez solo sea en el fondo una pulcra excusa con otros intereses. (¿No se critica esa misma manipulación a ciertos sectores de la educación catalana?) 
Es, en esencia, crear una ficticia pureza cultural en un país profundamente mestizo en donde los cristianos mozárabes hablaban árabe y construían siguiendo modelos andalusíes o los reverenciados Reyes Católicos, ejemplo tan magnificado por algunos, crearon un país más ficticio que real al que nunca se atrevieron a llamar España sino corona de Castilla, Aragón y Navarra, cada una con sus propias leyes, monedas e idiomas (curiosamente el que unificó todo fue un rey extranjero, francés para más señas, llamado Felipe V en sus decretos de Nueva planta
Pues la historia, como el arte o la literatura, son territorios profundamente impuros en los que no caben aproximaciones maximalistas o, en el peor de los casos, profundamente interesadas que sólo buscan argumentos (manipulados en su simplicidad) que avalen sus propias ideologías, algo tan odioso como peligroso porque crean identidades falsas que, realmente, nunca sucedieron. 





viernes, 28 de junio de 2019

VITA. Los comienzos del verano























                                  Vicente Camarasa Domínguez
Todos los derechos reservados
Velilla de San Antonio. 2019
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jueves, 27 de junio de 2019

miércoles, 26 de junio de 2019

(DE OTROS LADOS) Solsona. AQUELLAS PRADERAS AZULES. EL PROGRAMA DE RADIO





El éxito de aquellos programas de radio nocturna de los viernes que hizo de Luis una personalidad pública (aunque selecta) en la década de los 90 es muy fácil de explicar. 

Encerrado en el cono de luz de su flexo, con el resto de su estudio a oscuras y sin ni siquiera técnico de sonido, hacía entonces realidad el juego infinito de contrarios de ser hombre y dios sin particiones, como cuando, aún siendo tan jóvenes, jugábamos a ser lobos estepario y superhombres. 

Era eso y 

-Ser como una canción, vivir dentro suyo,

como a menudo repetía hasta convertirse en un lema para su legión de seguidores tan esquivos y oscuros como él que cada madrugada de los viernes, casi como si fuera un secreto para elegidos, sintonizaban su programa y se dejaban llevar por la fuerza conjunta de las músicas y las palabras que abrían senderos hacia lugares perdidos, llenos de sinestesias.

Era como entrar en un bosque encantado, nos dijo Pili en aquella larga carta que nos envió junto a las grabaciones de cuatro temporadas enteras, apenas unas semanas después de ocurrir lo inevitable. 

- Es como si todo se estuviera inventando delante de tus oídos,
escribió, aunque en eso se equivocara, pues pese a su discreción, bien sabíamos nosotros que todo estaba guionizado hasta el mismo detalle pues, como el propio Luqui le había aconsejado aunque él ya lo supiera sin conocerlo, para ser auténtico hay que trabajar mucho, más incluso, pues sólo así puede parecer pura improvisación. 

Y Luis, que jamás le negó ningún consejo a su ídolo y más tarde amigo, sabía de memoria de tanto pensarlas todas las canciones que sonarían y su orden varios días antes de su emisión, controlados los tiempos hasta el minuto. 
Conocía esto, y las pausas, y las palabras que habría que decir aprovechando las entradas instrumentales o el puro silencio, según sus necesidades. 
Esto lo había aprendido de sus tardes como pincha en el Penta y, después,en los programas de Rafa Arboleda que tanto le habían fascinado desde que los descubriera una tórrido verano, algo que nunca lo ocultó en las escasas entrevistas que concedió. 
De lo que nunca habló en ellas es que aquellos pensamientos que fluían en las ondas y las músicas que los acompañaban eran, con escasas excepciones, una pura autobiografía en donde Sabrina casi siempre era la protagonista absoluta. 
Era a ella a quien le hablaba viernes tras viernes como ella supo siempre. 
Palabras y músicas de ternura o lamentos, pues en sus ojos verdes siempre estuvo la cifra definitiva de sus sentimientos. 
¿Recuerdas?, solía decir de vez en cuando y siempre que pinchaba Karma Chameleon.
Pues solo esta canción tenía el privilegio de salirse de la férrea planificación y aparecer en los momentos más imprevistos, cuando su firmeza se derrumbaba por los suelos y, a veces, tenía que salir del estudio para que la noche privada de su flexo no le viera llorar. 
Cuando conseguía reponerse volvía al guión previsto que debía recortar sobre la marcha sin que se notara demasiado y sólo Sabrina supiera (en primera y segunda persona) lo amargas que resultan las lágrimas del primer amor.

Era su momento de pequeña muerte tras el cual se volvía a reinventar, aunque nunca sabremos si por profesionalidad o pura timidez de sentirse débil ante los demás, y regresaba a ser él para darle cuerda a la montaña rusa de sus sentimientos que sus oyentes seguíamos con el corazón encogido que él nos llevaba desde el éxtasis a la desesperación, pasando de lo épico a lo más sublime como si tuviera en sus manos el hilo invisible que le guiara sin vacilaciones por el laberinto de todos los afectos posibles. 
Pasaba así desde el pop de los 80 al soul más desgarrado, de la música de sus películas más queridas que tanto habían contribuido a su educación sentimental a la bossa nova o el chill out, sin evitar a Bach o a Mahler, pues para él todo era tan importante (nos lo hacía sentir tan necesario) que no hacía falta disculpa ninguna, solo convertirse en una pura canción y vivir en su burbuja azul de sonido, como le gustaba decir.
Un lugar en donde volvernos seres tan absolutos y completos como él siempre deseó en sus más secretos sueños, capaces de la risa, el amor, la filosofía y el sexo, del perder el tiempo con absurdos juegos verbales que se culminarían con un beso hasta el vértigo de una poesía o un orgasmo, pues todo era lo mismo, pura música para convocar fantasmas o darles nueva vida en aquellas madrugadas de viernes en donde cada uno era libre de emocionarse o bailar a escondidas en una habitación oscura mientras los demás duermen.

Esa era la clave del terrible éxito de aquellas praderas azules. 
Su enorme y planificada sinceridad absoluta. Su programa era él mismo, como bien sabíamos los que le conocíamos 
Era como si estuviéramos otra vez juntos cada viernes, nos decía Pili en su carta, como si el tiempo no hubiera pasado y siempre tuviera los dieciséis años en los que le conocí. 
Los dieciséis años de tímido recalcitrante que podía ponerse a hablar de todo si sentía una simple brizna de afecto como aquellas que le llegaban, por decenas, en forma de cartas a la emisora que él abría con el corazón encogido, esperando en cada una encontrarse con la única que realmente le interesaba, la de Sabrina. 
(Pero ella nunca quiso firmar ninguna de las dos docenas que le envió y él nunca supo reconocer su letra con las ansias con las que buscaba la firma final. 
Si se hubiera parado un poco más se habría dado cuenta que sus letras nerviosas tenían la misma cualidad de sus manos finas, apenas sin uñas, con esa misma sonrisa triste en los finales de las palabras. 
Qué puto es el destino a veces, pues una sola palabra suya...)

Durante casi diez temporadas se mantuvo fiel a todo este estilo, y de alguna manera fueron aquellas noches de viernes su guarida secreta en donde era él mismo y en absoluto. Aquel ser al que la vida tanto había dañado (pero también acariciado, aunque eso algunas veces lo olvidara) que se dejaba bañar de música para rebobinar a su antojo la película de los días más intensos.

Esa era la clave de su éxito.

Solsona


Aquí tienes los primeros programas que hemos logrado rescatar y volver a subir

                             EN DIRECTO Sinestesias musicales
                             
                             EN DIRECTOCuando los 80 eran nuestros

                            EN DIRECTO. Aquellas verdaderas praderas azules






martes, 25 de junio de 2019

LA FARNESINA. LA SALA DEL FREGIO


Sala de espera pero también lugar de firma de importantes documentos fue decorada por Peruzzi con un friso (de ahí su nombre) en donde aparecen las hazañas de Hércules.

Este será el primer trabajo como pintor de Peruzzi que busca hacer una típica comparación renacentista entre los trabajos de Hércules (más ganados con astucia que con fuerza) con el patrón, el banquero Chigi.



























Hércules y el Toro de Creta























Hércules y la Hidra de Lerna
























Hércules y Diomédenes



















Hércules y el Cancerbero

A ellos se unen otros episodios mitológicos así como una exquisita procesión de criaturas marinas que demuestran el carácter clasicista del pintor, más cercano a la línea marcada por los Pollaiolo y Miguel Ángel que la del propio Rafael






























lunes, 24 de junio de 2019

SAN MIQUELE IN FORO. LUCCA


Como ya veíamos hace un tiempo, Lucca es un perfecto ejemplo de cómo la ciudad puede evolucionar en el tiempo y aquel lugar que fuera foro, lugar público pero también religioso, se terminaría convirtiendo en la iglesia más bella de la ciudad, aún rodeada de su gran plaza.
Renovación de otra anterior, el edificio que podemos contemplar hoy es una iglesia románica construida entre los siglos XI y XV, siendo lo fundamental del XII.
Quiere la tradición hacer de Buscheto (autor del baptisterio de Pisa) el autor de esta obra. Lo que es evidente es su clara influencia pisana, especialmente en lo que se refiere a la columna exenta, de plena armonía clásica (mejor aún, paleocristiana).
Si observamos su lateral veremos la típica construcción de cruz latina con un tratamiento murario muy clásico, tanto en la parte baja (casi podría firmarlo Alberti) como en su galería superior.

El ábside central responde al mismo modelo, cercano (aunque no literalmente copiado) a las galerías renanas septentrionales.

La torre, sin embargo, responde a modelos más antiguos, y cercanos al mundo lombardo, aunque más evolucionado (comparadla con las de San Abundio de Como).

Sin embargo la obra cumbre de toda la edificación es la fachada telón de la entrada occidental, posiblemente construida por Guideto en los albores del XIII. 

Sobre un piso inferior más antiguo y semejante a lo ya explicado, una ampliadísima espadaña sin volumen real crece en bandas horizontales de arquerías que se van reduciendo en un doble frontón.


Su recuerdo de la gran iglesia pisana es muy fuerte, superándola aún en el detalle escultórico de sus capiteles, la decoración de sus columnas y las características decoraciones en marquetería de piedra negra.



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sábado, 22 de junio de 2019

ÁNIMA MUNDI. Volviendo a casa 2. Los grandes recuerdos falseados

Como ya dije, llevo un año largo volviendo a la casa demi propio pasado, y en la infinita persistencia de las tardes de verano tomo la llave y entro en ese jardín privado de mi memoria.
En las primeras incursiones solo encontré polvo y (francamente curioso) algunos recuerdos relumbrantes, sin el menor óxido del tiempo.
Un primer amor, un gran amigo, la primera hija… Eran objetos sin mácula, preservados del deterioro por la evocación que, sin embargo…

Su brillo era mucho menos real de lo que pudiera parecer, pues en el fondo no era sino una impostura, igual que los cuadros mal restaurados, que en vez de limpiarse en profundidad, se les barniza para darles un aspecto más brillante (aunque, con los años estas nuevas capas se vayan oxidando y ennegreciendo, tapando poco a poco el cuadro original)

¿Cuántas capas de barniz tienen esas memorias?





                                                ÁNIMA MUNDI

viernes, 21 de junio de 2019

jueves, 20 de junio de 2019

Mat Collishaw. Ay Things Fall (2014)



Parecería un verdadero juguete. 

Un carrusel de miles de figuras realizadas en impresión láser que al poner en movimiento y proyectar en él las luces (el sistema antiguo de zootropo) se ponen en movimiento.
Pero, una vez más, todo comienza a desfigurarse, y la realidad tan magnífica del primer momento se tiñe de negro.

Se trata de la matanza de los inocentes, un tema habitual en la Historia del Arte que a día de hoy no podemos deslindar de las decenas de genocidios que hemos observado en la televisión.

De nuevo, el autor nos ha atraído y, cuando tiene nuestra atención, nos ha golpeado sin piedad.
¿Podemos seguir diciendo que estamos viendo arte ante tal explosición de violencia sin sentido, precisamente contra aquello más débil y puro de nuestra sociedad?



miércoles, 19 de junio de 2019

AQUELLAS PRADERAS AZULES. Divina.

DALE AL PLAY DE UN AMOR DE DIECISÉIS AÑOS




Cómo puede cambiar tanto una persona y madurar con esa rapidez. Aún hoy me lo pregunto.

Cuando lo dejamos por primera vez eras una niña, y tres meses después encontré a una mujer esplendorosa y completa. 

Quizás fue el dolor (lo supe muchos años después) el que te convirtió, pues yo había dejado una pequeña, bellísima, delicada flor, y ahora eras una cereza carnosa, toda llena de zumo, que bailaba en la pista del Penta, divina, con pegatinas en el culo. 

Tu cara lavada había desaparecido y llevabas los párpados pintados amarillo y violeta como el Boy George de nuestros amores, con los labios de brillo transparente, y de la Sabrina que había conocido sólo quedaba la sonrisa triste y esas manos de papel que no sabían en qué posición ponerse. 


Divina, programada para el baile cuando en la noche todos los monstruos tienen nombres de mujer, y tú sola en medio de la pista perseguida por todas todas las miradas. 
¿Cómo podía haber sucedido eso? 
Cambiaste tu forma de vestir y desaparecieron aquellos pantalones holgados para ceñirse a tu cintura. 
Recortaste esa larguísima melena de niña coqueta y obediente para quedarte con el pelo suavemente ondulado hasta los hombros, 
y tus palabras tuvieron desde entonces un pozo de luces y deseo del que antes habían carecido, como si la música de Radio Futura te hubiera poseído, bailando bajo la araña de luces que proyectaba la bola de espejos. 

Solo tres meses habían pasado y, aunque tuviéramos la misma edad, yo era aun más niño que antes a tu lado, pero no me importaba. 
¿Recuerdas? 
El verde de tus ojos se había vuelto mucho más profundo y tu figura se había afinado, igual que tus gestos; las esquinas de tus actos habían perdido inseguridades mientras ganaban sombras. 
Pero a mí todo aquello no me importaba, al contrario. Tras las duras derrotas de los meses pasados el mundo había recobrado los colores; me seguías queriendo pese a todo y todos, esperándome en medio del frío glaciar para darme el beso más maravilloso del mundo
Era feliz en mi nube de algodón dulce sin darme cuenta que cada paso que yo daba, tú avanzabas cinco, y se abría poco a poco un abismo entre los dos. 
Pero yo pensaba que ya había colmado mi cuota de sufrimiento, y solo me dejaba ir. 

Era tan inexperto...

... que todo me daba igual mientras pudiera bailar contigo la noche entera como si esto fuera el trópico. 
Bailar a tu ritmo o verte bailar sola, convertida en momentos de milagro, bajo la canción de Eurytmis en mi ángel particular y rubio, un ser alado y transparente, congelado en los flashes de la pista. 
Pues de princesa de cuento habías pasado a ser reina de oros con una Coca-Cola en el vaso de tubo largo en la mano mientras dejabas llevar por la música y me hipnotizabas con tus movimientos. 
Tus ojos cerrados para que la música no tuviera obstáculos y te acariciara los muslos, te tocara los pechos que una noche de aquel invierno conocí como si estuviera en un sueño, pues me parecía imposible algo tan firme que tuviera tanta suavidad dentro.

Divina. 

En qué mundos tan extraños y fascinados había entrado amarrado a tu nueva cintura de carne, a tus besos de hielo y lava bajo el ritmo de Radio Futura que paraba el mundo entero por el elegante calor de un sólo gesto tuyo, por el enigma de hierba madura de tu mirada mientras bailabas y yo creía...

Sí, realmente era demasiado inexperto que de nada me daba cuenta, pues todo lo llenabas tú mientras...



Hay cosas en la noche que es mejor no ver

Eres una bruja de oro eres un pequeño gangster 



martes, 18 de junio de 2019

LA VILLA DE LERMA. UNA CIUDAD PARA UN VALIDO

Esta antigua ciudad medieval sufre un impresionante desarrollo urbanístico cuando Francisco de Sandoval, antes conde y luego duque de Lerma, accede a la dignidad de valido de Felipe III.

A partir de entonces se constituye (junto a Madrid y, eventualmente, a Valladolid) en corte virtual de los Austrias en donde el rey pasa largas temporadas en compañía de su valido.

El epicentro de las reformas será el palacio, construido sobre el antiguo castillo. 
La primera reorganización del mismo la realizará Francisco de Mora, siendo su sobrino, Gómez de Mora quien termine por regularizarlo con una gran fachada a la manera escurialense y cuatro torres con chapiteles en sus ángulos (un símbolo sólo posible para los reyes, lo que nos habla del poder del valido).

En su interior destaca su patio clasicista de doble piso (con el segundo cerrado)



Ante ella se crea una amplia plaza porticada como lugar de representación (comedias, toros, festividades religiosas, desfiles...)


El poder que representa este palacio se une a la religión (como era habitual en la casa de Austria) por lo que se suceden las fundaciones religiosas, con la colegiata (lugar de enterramiento) y varios conventos (San Blas, Santa Teresa, Santa Clara, Madre de Dios...).


Colegiata

Convento de la Madre de Dios
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Convento de Santa Teresa

En todos ellos vemos el trabajo de Francisco de Mora y el de fray Alberto de la Madre de Dios que plantean una arquitectura desornamentada y limpia, de grandes y claros volúmenes en la que el escudo del duque se repite incesantemente como forma de propaganda.
Convento de San Blas

El conjunto tiene una novedad sumamente interesante: la creación de una larga galería alta que conecta sus principales monumentos prevista para los desplazamientos del rey en su palanquín (es, una vez más, la idea del monarca oculto, casi como un concepto abstracto, heredada de Felipe II)





El plan se completaba con una doble zona en la actualidad por completo desaparecida. 

Aprovechando el talud oeste se crea una zona de jardines hacia el río y, en uno de sus extremos, una zona boscosa dedicada a la caza (una de las pocas aficiones del monarca)














Todo ello consigue un conjunto urbanístico que se encuentra a caballo entre el mundo manierista (aún secreto y desornamentado, con múltiples células comunicadas de una forma más conceptual que visual) y el mundo barroco