LA PALETA DE NAMER

Esta paleta de Namer es una de las primeras obras egipcias de las que tenemos noticias (época predinástica).

Se trataba de una pieza cosmética con un hueco central en donde mezclar los maquillajes, aunque su función es claramente propagandística, como veremos a continuación.

Namer (o Nemes) se considera como el primer faraón, creador de la I Dinastía y unificar de los dos Egiptos.

Tanto su iconografía como estética demuestran un arte ya plenamente configurado que se repetirá durante siglos.

En la parte posterior, y bajo dos cabezas de vaca (Hator) aparece el faraón en perspectiva jerárquica masacrando a un enemigo (posiblemente referidos a sus campañas en donde conquistó la zona norte de Egipto). Junto a él aparece un sacerdote que lo acompaña.

El faraón ya porta su corona blanca de Alto Egipto, barba postiza y faldellín corto, y junto a él aparece la imagen de Horus (halcón) sobre seis tallos de papiro (Bajo Egipto), mientras que en la parte bajas dos enemigos huyen aterrorizados.

En la parte contraria, y de nuevo bajo la protección de Hator, aparece un desfile triunfal del faraón (esta vez coronado por el símbolo del Bajo Egipto, con flagelo y bastón), acompañado por sacerdotes y portaestandartes que reflejan los distintos nomos del país.

A su derecha aparecen (con un sentido contrario, como si se encontraran apilados) los enemigos decapitados y con la cabeza entre las piernas.

La parte media la ocupan dos animales fantásticos que crean la zona de ungüentos, amarrados por dos servidores (¿la unión de los dos Egiptos?), mientras que en la baja el faraón (convertido en toro), derriba las murallas de una ciudad (Batalla Blanca)

Estéticamente ya nos encontramos todas las fórmulas de este arte, desde el espacio plano, la jeraquía, la isocefalia, la unión de varios puntos de vista, la narración por registros