Monasterio
jerónimo de San Lorenzo del Escorial, construido por Juan Bautista de Toledo y
Juan de Herrera por encargo de Felipe II entre 1563 y 1598.
Si observamos la PLANTA podremos advertir su perfecta regularidad. Enmarcado
en un rectángulo, sólo sobresalen de él, al oeste, el volumen dedicado al
palacio (recordando un parrilla en honor a San Lorenzo) y, al sur (no registrado en planta) la galería de convalecientes. El
resto de las dependencias se organizan en torno a un sistema de patios
con cuatro torres cuadrangulares en los ángulos.
Todo el edificio se organiza en torno a un eje de simetría
axial en donde se encuentran las principales zonas significativas. Desde la
portada principal, y sobrealzada en un segundo piso, se encuentra la
biblioteca que comunica, a la izquierda, el colegio (la cultura) con el
claustro del monasterio (la religión).
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Biblioteca
Ambos edificios son gemelos, con un
patio central dividido por cuatro crujías.
Si seguimos avanzando ingresamos en el Patio de
Reyes que sirve de atrio (al modo de las basílicas paleocristianas) a la fachada
de la iglesia que se encuentra coronada por los reyes del Antiguo
Testamento, entre ellos David (rey guerrero asimilado a la figura de Carlos V)
y Salomón (rey prudente y sabio como imagen de Felipe II).
Fachada de la iglesia desde el Patio de Reyes
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La gran basílica tiene, en los pies, un vestíbulo sobre el que se encuentra (en la
segunda planta) el coro de los monjes. La planta de la iglesia es cuadrangular
con una cruz griega inscrita en cuyo centro se encuentra una gran cúpula sujeta
por cuatro grandes pilares achaflanados (con las esquinas recortadas para dar
mayor visibilidad). La cabecera es plana (para luego añadirla un retablo) y
elevada sobre una escalera.
Presbiterio. A los lados del retablo, se encuentran los cenotafios de Carlos V y Felipe II
En este punto se unen las principales ideas del
monumento. Es el lugar divino (se encuentra el altar y la custodia), el lugar
real (a su derecha se abre una ventana que lo comunica con la habitación de
Felipe II, estando, además, adornados los laterales por esculturas arrodilladas
de Felipe II y Carlos V), y el de la monarquía (bajo el suelo, como una cripta,
se encuentra el panteón real en donde se encuentran enterrados los reyes
hispanos). De esta forma se unen poder (rey) y sus dos grandes
justificaciones: la religión y la tradición.
A ambos lados de la basílica se encuentran otros dos
patios, el izquierdo muy reformado, y el derecho que sirve de claustro al
convento (Patio de los evangelistas, con un templete central que
recuerda a San Pietro in Montorio de Bramante).
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Templete del patio de Evangelistas
El final del eje lo ocupa el palacio, de nuevo
en torno a un patio (el de Mascarones) y con dos laterales (llamados secretos)
El ALZADO
es sobrio. El material utilizado es la piedra cortada en sillares perfectos,
con pizarra en los tejados y chapiteles, según el modelo de los Países
Bajos.
Los vanos, en gran parte, son adintelados, utilizando
también el de medio punto, apareciendo los vanos termales
recogidos de Miguel Ángel.
Vanos termales
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Por lo general, se prefiere el muro plano, sin casi
articulación, dividido por pilastras .
En la fachada, para realzarla, se utilizan
columnas adosadas con alternancia de órdenes en altura. Son de orden
gigante (influencia de Miguel Ángel) y pareadas. La unión de ambos pisos se
realiza a través de volutas, coronando todo el conjunto por un frontón decorado
por pirámides y bolas.
Entrada principal al Patio de Reyes
Las CUBIERTAS
son, por lo general, de cañón con lunetos derivados del Gesú
El crucero de la
basílica se cubre con cúpula sobre pechinas que apean en los grandes
pilares.
Al exterior, su perfil es apuntado, con tambor con dobles columnas que
se repiten en los nervios dobles, uniéndose en la linterna, (influencia de la
cúpula del Vaticano de Miguel Ángel).
En los tejados a dos aguas se utiliza la pizarra con buhardillas y verticales chimeneas de planta trebolada.
En las torres (y también de origen flamenco) complejos tejados de pizarra de múltiples planos (chapitel)
La DECORACIÓN
exterior es sumamente sobria, restringiéndose a motivos geométricos (bolas,
pirámides...).
Se trata de un estilo desornamentado en donde se trata de
no enmascarar lo constructivo. Al espectador se le pretende dar un visión
geométrica y desnuda de la arquitectura, realizada a través de volúmenes
simples y repetidos de forma matemática (canon).
Es el límite de lo
intelectual y abstracto, en donde casi desaparecen los órdenes, todo regido
por la recta y las relaciones luz sombra eternamente repetidas que tanto
éxito tendrá en la Europa Manierista que busca un estilo severo que
represente la pureza de la religión salida de Trento.
En el interior
aparecen las artes figurativas con claras intenciones propagandísticas del
rey y la religión. Los techos se cubren de frescos de artistas italianos
manieristas que significarán todo un banco de pruebas del que saldrá el
futuro arte barroco.
La gran escultura monumental (en bronce, al
contrario del material típico hispano, la madera) la realizará la familia Leoni, con retratos de los reyes y santos.
que pena que nadie contestase
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