Entre las obras civiles del arquitecto (que lo era del ayuntamiento de Madrid) destaca el antiguo cuartel de Guardias de Corps que quiso realizar Felipe V.
Lamentablemente las obras avanzaron muy lentamente y no todo el proyecto original de Ribera fue respetado, especialmente en su interior.
Su exterior juega a la dicotomía (ya observada en el Hospicio) entre la sobriedad absoluta (muy adecuada para su uso) y la hiperdecoración de su portada.
Esta portada es, tectónicamente, mucho más clasicista de lo que parece, sustentada sobre dos grandes pilastras almohadilladas y con un gran triunfo superior , salvaguardado por un frontón.
Una estructura mucho más sólida de la que hiciera en el hospicio
Portada del Cuartel del Conde Duque
Lo que si vemos repetir son muchas de las formas decorativas que se multiplican sobre el espacio.
Formas flamígeras
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Telas
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Cortinajes
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Escudos.
Frente a esta lujuria decorativa, alguno de los espacios interiores conservados, como la zona de cuadras, nos hablan de un arquitecto riguroso y científico, dejando a la decoración el color de los materiales
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