Muy poco se sabe de la fundación de este monasterio visigodo, es más, ni siquiera se conoce su función real. Varios autores discuten sobre si su función era monástica, palaciega, las dos cosas (como Recópolis) o simplemente funeraria.
Los restos nos muestran unos muros de mampostería reforzado por esquinas de sillares en cuyo exterior existen contrafuertes. (lo que nos puede hablar de una cubierta abovedada en piedra)
En el interior existe una división tripartita, creando una habitación central (más amplia) y dos laterales, separadas de la misma por medio de un pilar sobre el que posiblemente apeasen arcos.
Fechado por una inscripción en el siglo (VII), se ha supuesto la parte central de un cenobio visigodo, interpretando las salas como distintos ámbitos litúrgicos y los arcos como iconostasios (se han recuperado numeroso trozos de canceles junto a otro tipo de impostas)
A favor de esta tesis se encontraría la citada inscripción, la cercanía a otros cenobios (San Pedro de la Mata o Melque, ambos cruciformes y, por tanto, muy lejanos del modelo de Los Hitos) o la aparición de una necrópolis interior.
Sin embargo, la idea no queda por completo establecida y se especula con otras, acaso palaciegas, en donde los cuerpos laterales se convertirían en alcobas que, quizás en su segundo piso (de existir) podrían ser balconadas.
Esta idea se ha planteado en conexión con algunas reconstrucciones informáticas del monumento en donde se puede uno quedar asombrado ante el parecido formal con una obra posterior: Santa María del Naranco.
De ser cierta, acaso no habría que acudir a la influencia carolingia en el mundo asturiano, sino una simple evolución de modelos peninsulares (como se especula en el caso de los pórticos laterales).
Lo cierto es que tan sólo se ha excavado el 10% del yacimiento, y aún existen muchas cosas que saber de él
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Todas las fotos tomadas del encantador Museo Visigodo de Arisgotas
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