Casi no parece necesario presentar a Lucas Corralejo, una de nuestras mentes más prestigiosas en el campo de las ciencias sociales. Historiador de prestigio, gran divulgador de arte y asiduo a las firmas de la Feria del Libro pese a su miedo a las multitudes, su figura aparece una y otra vez citada en antologías y artículos de la historia de la cultura y el pensamiento de nuestro país.
Su fino olfato para descubrir qué extrañas construcciones mentales se ocultan en los actos sociales o artísticos en apariencia más tribiales, esa segunda lectura que realiza sobre las cosas, ha iluminado a muchos, dando nuevos puntos de apoyo desde los que mover el mundo y ver todo la larga basura de mezquindades y oscuros anhelos que esconde.
Nosotros ya hemos a empezar a recoger algunos de sus fragmentos más interesantes en este Ánima mundi, y las podéis ver aquí, y también el propio Lucas está publicando sus arqueologías de bolsillo aquí
Su fino olfato para descubrir qué extrañas construcciones mentales se ocultan en los actos sociales o artísticos en apariencia más tribiales, esa segunda lectura que realiza sobre las cosas, ha iluminado a muchos, dando nuevos puntos de apoyo desde los que mover el mundo y ver todo la larga basura de mezquindades y oscuros anhelos que esconde.
Nosotros ya hemos a empezar a recoger algunos de sus fragmentos más interesantes en este Ánima mundi, y las podéis ver aquí, y también el propio Lucas está publicando sus arqueologías de bolsillo aquí
Sin embargo, Lucas Corralejo tuvo una primera vida que nosotros queremos ir rescatando poco a poco, pues tal vez nos ayuden a comprender nuevos perfiles en su obra posterior.
Una malvida que le llevaría del desasosiego a una profunda depresión tras la cual resucitaría como ave fénix para encontrarnos con el intelectual actual
Fueron 16 años en los que vivió el infierno, sobre todo en los últimos 6, en los que se doctoró en los múltiples dolores que ocasiona la economía de mercado puesta en manos de un vástago escasamente dotado al que le cayera en gracia la dirección del negocio familiar.
Conoció entonces las miserias de las personas sometidas a la presión laboral o los caprichos del poder heredado; todo un largo catálogo de pequeñas indignidades que fueron oscureciendo su alma hasta hacerla despeñarse por los abismos de la ansiedad y la tristeza sin término
Solo el apoyo de su mujer y el cariño de sus alumnos lograrían sacarle de el tiempo después
Pero esa ya es otra historia demasiado conocida que a nosotros no nos interesa, y sólo queremos rescatar estos pequeños textos que, envuelto en la negrura, escribió Corralejo por indicación del psiquiatra que trató su depresión, considerándolos la mejor manera de sacar toda su ira y dolor que, convertida en lástima, amenaza por hundirle por completo.
Durante muchos años, estos escritos se mantuvieron escondidos en el cajón de su mesa de trabajo hasta que, convencido por algunos amigos, (seguro que les pueden hacer mucho bien a otros que sufren ahora mismo lo que tú viviste) los estamos empezando a publicar en este Ánima Mundi sin término ni límites precisos, bajo el título (por el momento temporal) de:
Durante muchos años, estos escritos se mantuvieron escondidos en el cajón de su mesa de trabajo hasta que, convencido por algunos amigos, (seguro que les pueden hacer mucho bien a otros que sufren ahora mismo lo que tú viviste) los estamos empezando a publicar en este Ánima Mundi sin término ni límites precisos, bajo el título (por el momento temporal) de:
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