Los edificios que rodean la plaza se componen de cinco pisos (aunque en el sector oeste, debido al fuerte desnivel, tienen más de 8 pisos hacia la calle mesones), con una zona
baja porticada, tres pisos de ventanales y un último piso de buhardillas
realizadas sobre la propia techumbre, generando una fuerte tendencia a la
horizontalidad (dado el predominio de las molduras y elementos en horizontal)
tan solo aliviada en las dos fachadas enfrentadas que potencian más su
verticalidad con las torres cubierta por chapiteles de pizarra.
El material
utilizado es la piedra (pilares, columnas y arcos de la zona baja; marcos de
las ventanas) y el ladrillo, utilizando la pizarra para techos a dos aguas y
chapiteles de las torres.
En la zona baja
de los edificios principales encontramos arcos de medio punto, utilizando para
el resto de los vanos los dinteles.
En cuanto a los elementos
constructivos, en las zonas centrales aparecen columnas adosadas de orden
dóricos, utilizando pilares en el resto de los soportales y pilastras (también
dóricas) en los encuadres de las torres.
La decoración tiende
a la reducción geométrica, tan sólo apareciendo en los dinteles (guirnaldas),
ménsulas y (en la fachada principal) un escudo de la monarquía austríaca de
carácter propagandístico situada en una hornacina decorada con elementos
arquitectónicos (aletones, pilastras, ménsulas, tímpano curvo).
Al encontrarnos con una fachada escasamente articulada no se pretende en ella juegos de
luces, apenas visibles más que en la zona baja.
La relación con
el entorno es básica en esta construcción, pues el entorno, más que el
propio edificio, es la zona fundamental. De esta forma, los edificios crean una
gran plaza rectangular y cerrada visualmente al exterior presidida por el
balcón real (bajo el escudo) que sirve como lugar de espectáculos y todo tipo de representaciones del poder real y eclesiástico
La Plaza Mayor en el Plano Texeira. Siglo XVII
Por otra parte, la Plaza se constituye como uno de los escasos espacios diáfanos del centro de la ciudad que (siguiendo la herencia medieval, tanto islámica como cristiana) mantiene un trazado anárquico de calles estrechas y de cruces imprevisibles.
En medio de este "laberinto", y accediendo de forma siempre oblícua, el espectador ingresa en la gran plaza, produciéndose el característico efecto de sorpresa que tanto gustaba el mundo barroco
Comentario.
El aspecto desornamentado, con la típica repetición
de vanos adintelados, así como la utilización de los tejados de pizarra y las
torres rematadas por chapiteles nos hablan claramente de la arquitectura
austríaca que comenzó a desarrollarse en el siglo XVI en España,
desarrollándose durante el siglo siguiente (primera mitad del XVII), momento al que pertenece esta
construcción, La Plaza Mayor de Madrid.
Obra de Gómezde Mora, sigue las líneas marcadas en el siglo anterior por Herrera en El Escorial, variando tan sólo algunos materiales (el ladrillo, signo
inequívoco de la progresiva crisis económica que vive la monarquía), así como
añadiendo (de una forma muy breve) algunos detalles decorativos que enlazan con
el momento artístico, el barroco, aunque entendido de una forma muy contenida.
Todas estas características crean un modelo arquitectónico que se repetirá durante toda la primera mitad del siglo XVII, tanto en palacios (Corte de Cárcel o Casa de la Villa, del mismo arquitecto) como en iglesias (Encarnación, de fray Alberto de la Madre de Dios), enriqueciéndose progresivamente hacia finales de siglo con mayor decoración (San Isidro) hasta los modelos ya por completo barrocos del siglo posterior (especialmente realizados en Madrid por Ribera, como el Hospicio o el Puente de San Isidro, o los Churriguera en Salamanca con su plaza Mayor mucho más decorada, articulada y sin los elementos escuarialenses).
Concretamente relacionado con el edificio, éste nos muestra una de los grandes ejes ideológicos que desarrolla el arte barroco. Hablamos de la idea de arte entendido como propaganda del poder real, al ser la Plaza Mayor el perfecto escenario (idea también muy barroca, la de la teatralidad y su conexión con lo teatral y las numerosas representaciones que permiten participar al pueblo en la ideología) de la magnificiencia de la monarquía, al ser empleado para numerosos actos que reafirmaban su poder como corridas de toros, ejecuciones públicas, fiestas, Autos de Fe... en donde la plaza se convertía en un teatro presidido desde el balcón real por el monarca. (En dichos acontecimientos, la sobriedad decorativa se veía compensada por numerosos tapices y colgaduras o reposteros, siendo un buen ejemplo del arte efímero, muy desarrollado en el mundo del Barroco).
Corrida de toros en la Plaza Mayor
.
Auto de Fe en la Plaza Mayor
Todas estas ideas se relacionan con ejemplos que se están produciendo en el resto de Europa, también muy preocupada por la organización urbanística de las ciudades y la creación de lugares públicos multifuncionales cuyos más claros ejemplos podrían ser la plaza Navonna o la Plaza del Vaticano proyectada porBernini o la Vendome de París, resultando un modelo muy repetido en España (plazas mayores de Valladolid, Salamanca...) que hunde sus raíces más profundas en los foros romanos.
El monumento, tras varios incendios, fue reformado en
numerosas ocasiones, siendo especialmente la realizada por Villanueva en el
XVIII que abrió varias calles, sirviéndole, además, para estudiar la arquitectura de los
Austrias que tanto influirá en su obra.
Observando esta pintura del XVII podemos ver cómo Villanueva mantuvo el espacio ero realizó reformas. Entre las más importantes podemos mencionar dos: organiza los tejados siguiendo el modelo de la Casa de la Panadería (con tejados de pizarra con buhardilas) y la unión de los distintos bloques por medio de grandes arcos (fíjate en la imagen y verás que, en origen, las calles que salían de la plaza no tenían los pasadizos actuales)
Observando esta pintura del XVII podemos ver cómo Villanueva mantuvo el espacio ero realizó reformas. Entre las más importantes podemos mencionar dos: organiza los tejados siguiendo el modelo de la Casa de la Panadería (con tejados de pizarra con buhardilas) y la unión de los distintos bloques por medio de grandes arcos (fíjate en la imagen y verás que, en origen, las calles que salían de la plaza no tenían los pasadizos actuales)
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