Ahora que estamos los dos solos en medio de la noche, unidos tan sólo por las ondas, escúchame.
Haz el favor e imagina Sentado al borde de la bahía.
Ottis era nuevo, y Vangelis en su Blade Runner, y Bowie y los falsamente alegres Pet Shop Boys, pero
no Oldflied, ni
el hotel California de tus orgasmos más sentidos, cuando te hablaba por
dentro tuyo y casi eran palabras de dulce épica las que tú escuchabas. No lo
eran ni el Barry
Wait de voz suspirada, ni las baladas de Scorpions de cuando éramos heavys,
ni Roxanne de
the Police o ll stand by you de
Pretenders, ni, por supuesto, el Let
it be de los Beatles.
Te puse un auricular y me tumbé a tu lado en aquel rincón junto
a los … (fresnos, yo creo que eran
fresnos).
En aquella burbuja de sombra fresca
nos escondimos del calor radiante del mediodía a escuchar esa música que eran
pequeños trocitos de vidrio con felicidades dentro, y tú cerraste los ojos para
que yo pudiera mirarte más allá de tus pupilas atardecidas. Te fuiste haciendo
un ovillo sin sueño mientras a nuestro alrededor se extendía un lago de calor
que acuchillaban las chicharras, y el frío sonido del agua lamía las piedras
como yo repasaba el mapa de los lugares permitidos de tu piel en un punto
enrojecida que
(¿Recuerdas?
Te quemaste y durante unos días solo podía tocarte en
sueños)
Unas aguas gélidas que parecían rajar
las piedras del fondo con el bamboleo de sus telarañas de luz.
Eso o la deliciosa y suave curva de tu
vientre que me hacía pensar en cosas impensables por definitivas.
El olor a pinos que fue creciendo
según pasaba el día y nuestra piel que se iba poco a poco agrietando de sol y
viento, encendiéndose como una antorcha hasta que terminé masturbándote bajo la
tierna castidad de una toalla del pato Donald, tan roja como tus deseos.
- ¿Y tú? – me dijiste.
- Lo mío va a ser demasiado cantoso. Mejor lo dejamos para
mañana y te cobro doble.
Y tú enrojeciste un poco, como
siempre, pues los años pasados no habían conseguido limar esos conflictos que
siempre tuviste entre el sexo y las palabras, en realidad que tuvimos todos más
allá de las reuniones de amigotes, pues pese a todos los años ya pasados
seguíamos todavía jugando a policías y ladrones con los largos tabúes que nos
habían grabado a fuego dentro.
Aquel día fue así, con el
aroma de la resina de las jaras como una presencia casi humana y el agua verde
de aquella poza solitaria como tus ojos entornados por la luz mientras nos
secábamos sobre las largas losas de granito y su peculiar olor al calentarse; un
infierno de bolsillo bajo el sol del mediodía. El cuarzo brillante y la piel
mojada, aún entumecida, hecha un escalofrío por el juego del sol radiante y la
brisa fina de la montaña, mientras el río seguía su vida de aguas deslizadas y
hacía pequeños saltos y trenzados, pintando un cuadro de brillos y
transparencias.
Aquel día nos bañamos juntos como nunca volveríamos a hacer, ateridos en las aguas de hielo, riendo y tiritando al mismo tiempo, y eras tan bella cincelada en agua, hecha ondas bajo ella, con pinceladas del amarillo de tu bikini y el rojo de tus uñas, que hubiera dado un mundo por haberte conservado así para siempre y no en el pálido reflejo de las palabras,
pues siempre faltan adjetivos y ahora más que nunca,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar en este blog. Tus sugerencias serán siempre bienvenidas.
No olvides que si publicas un comentario estás aceptando algunas normas.
Por favor, sé respetuoso en tus palabras. Por supuesto puedes estar en desacuerdo con lo dicho en este blog, y también criticarlo, pero guardando las normas básicas de educación.
No se admite spam y contenidos publicitarios (serán eliminados)
Por el hecho de comentar aceptas nuestra política de privacidad (ver en apartado política de privacidad y aviso legal) y dando consentimiento explícito a que figuren aquí los datos con los que firmes o te registres (recuerda que puedes hacerlo con tu perfil blogger, nombre y URL o en modo anónimo; no es necesario email)
Si no quieres dar consentimiento, no comentes. Si tienes dudas, visita la política de privacidad.
Responsable de los datos: Vicente Camarasa (contacto correo en la parte superior derecha del blog)
Finalidad: moderar los comentarios.
Legitimación: consentimiento del usuario
Destinatarios: el sistema de comentarios de Blogger.
Derechos del usuario: acceder, rectificar, limitar y suprimir datos (si los hubiera)