martes, 4 de agosto de 2020

AQUELLAS PRADERAS AZULES. Tus rincones de miel

DALE AL PLAY Y ESCUCHA CÓMO SUENA LA MIEL 




Siempre me gusto mirarte envuelta en esta canción que una y otra vez pinché en el Penta solo para ver tus ojos verdes atardecidos sobre la melodía, y aquella voz de encantamiento acariciándote el pelo como si fuera una brisa llena de olas sobre la playa, esa que nunca pudimos vivir juntos en todas las veces que...

Ay, Sabrina, te he visto crecer desde los dieciséis. Te vi abrir los primeros sépalos de tu delicado capullo en nuestras primeras noches de agosto, mientras mirábamos estrellas y esta melodía ya era nuestra en la primera cinta que me regalaste

Luego, tan pocos meses después, floreciste de forma abrupta reventando en las navidades siguientes. Una flor a veces venenosa en la que por primera vez en la vida yo sentí el néctar que crecía en tu interior. Un hielo de fuego como esta canción, cuando en estos sofás del Penta en donde ahora te sientas, justo en la penumbra de la cabina del pincha, mientras nos cantaba Barry White, mi mano avanzó desde el ombligo a la dulce flor que nacía entre tus muslos y me sentí abrasado por aquella humedad en las yemas que era todo un bálsamo de ternura y furia.

¡Dios Santo. Cómo un solo tacto puede decirse tantas cosas sobre el paraíso!

Mientras cantaba Barry White, yo conocía los laberintos del deseo y te besaba como si te quisiera robar el aire, calcinado por ese aliento que se volvía ardiente cuando mi mano te visitaba y el mundo entero desaparecía.

Eras tan bella por dentro como por fuera, Sabrina, aunque eso no lo pude saber por completo hasta la tercera vez, cuando al fin te vi por completo desnuda en el pasillo de mi propia casa y (comprendí que) las flores más bellas tienen el destino de convertirse en frutas llenas de agua.
Frambuesas, fresas o cerezas. No me preguntes por qué, pero eso sentí que eras la primera vez que te desnudé por completo ante la luz de una gran vela, y cuando, en una visita al Museo del Prado, Lucas se empeñó en explicarme el Jardín de las delicias del Bosco, pero yo solo supe sentir en mi paladar el sabor de tus pechos, iguales a aquellas frutas del panel central que tenían el tacto de tus muslos y el peso insomne de tus párpados cuando viajabas a California y se cerraban para dejar ver tu maquillaje azul y amarillo, como un verdadero milagro en medio de la penumbra de esta canción que yo grabé en una nueva cinta que nos acompañó en aquellas noches en donde mis manos se convertían en saxofones y tus besos eran violines; una espacio de tacto y gemidos que solo se parecían a sí mismos y al propio Neruda cuyos Veinte poemas nos servían de mapas de descubrirnos en aquellas praderas azules llenas de grillos
Su voz (la de Barry, la de Neruda también) nos guiaba para encontrar el punto más alto de los suspiros, aquél tras el cual sólo queda el vacío de la física cuántica que, más tarde, cuando tu fruta madurara definitivamente, me enseñarías a conocer como si fueras aquella chica que sentada en un rincón del Penta de pronto levantaba los ojos cuando yo pinchaba esta canción y un chorro de luz me inundaba el pecho, igual que si fuera un jedai y tu mi princesa Leia encerrados en el espacio sideral de una sola canción que una y otra vez sonó entre nosotros como lo hace el viento sobre la playa anochecida, que es arena y a la vez olas, una mezcla de ambas mientras los años pasan por encima suya y siempre, por muchas cosas que ocurran, siempre que regreso a tu puerto encuentro tus besos, adelgazado como las huellas de las gaviotas
Los encuentro iguales a si mismos y me sigo asombrando de los matices que tienen tus ojos verdes mientras suena esta canción acariciando el alma y, en la noche, te redescubro como un rocío de miel y, ya aleccionado por Lorca, encuentro los fantasmas de los lirios sobre el sudor de nuestros cuerpos que comienzan en los ríos de esta canción hasta acabar entre los paisajes recónditos con sabor a tu sal marina
Para qué más.

1 comentario:

  1. muy lindo este espacio y muy intenso este texto que nos ha sorprendido hoy... siempre es un placer leerlo!!! Saludos

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