Junto al
bazar egipcio se encuentra una de las obras cumbres de Sinán, tanto en su
arquitectura o planificación urbana como en su decoración.
Al principio
la veréis bajo la protección de la de Suleimán pero, ¿dónde se encuentra la
entrada? Escondida en medio de las callejuelas.
Y es que,
como era habitual en las construcciones otomanas, la mezquita era parte de un
complejo que incluía un hamman, madrasas y zocos que ayudaran a mantener la
fundación.
Zoco que rodea la mezquita
.
Para ello
Sinán rompió la forma canónica y creó una mezquita sobre una plataforma,
dejando su parte baja para el bazar que aún existe y que es uno de los más
auténticos de la ciudad. (Ladrillo para el bazar, caliza para la mezquita, que
conviven así unidas pero se diferencian claramente)
En medio de
él y de sus fascinantes han (caravasares o alhóndigas: patios porticados para
el alojamiento de mercaderes y lugar de almacenaje) creó (con los mismos
colores que la mezquita) un hamman actualmente utilizado por tiendas con todas
las partes típicas del baño turco.
Vista del
hamman desde el patio de la mezquita
Y ahora, si
queréis, conozcamos la mezquita. Deberemos entrar a ella por pequeñas puertas
que nos conducirán a escaleras que nos llevarán a la plataforma elevada.
En ella no
existía espacio físico para crear el típico patio y, de nuevo, la genialidad de
Sinán es patente, creando un doble pórtico sobre el pórtico tradicional.
En el
interior la geometría más absoluta: una gran cúpula que se levanta por un anillo
de medias cúpulas, creando un fascinante orden concéntrico que, a los lados, se
estabiliza con dos galerías simétricas.
Pero lo que
llama especialmente la atención es su decoración.
Todos los paneles son piezas maestras de la
cerámica de Iznik en su momento de esplendor (siglo XVI). Unos magníficos
azulejos azules que multiplican hasta el infinito la variedad de motivos.
Disfrutad de
ellos
OTRAS OBRAS DE SINAN
.