El proceso comenzó en la Costa Azul, con bañistas que progresivamente van siendo deformadas hasta convertirse en verdaderos monstruos. Es el paso de la descomposición cubista (aséptica, como la labor de un cirujano) que lentamente se llena de emoción, de tensión, en un movimiento que oscila entre el expresionismo y el surrealismo más radical y, como siempre en Picasso, sumamente personal.
Con la Guerra Civil Española (y continuándose con la II Guerra Mundial), estas bañistas se reconvierten en un nuevo motivo de lejanos ecos religiosos (de nuevo una vuelta de tuerca en el inmenso y múltiple universo visual y cultural de Picasso). Por una parte encontraremos las mujeres llorando, una
reinterpretación del tema de María Magdalena medieval con la nueva apariencia cubista-expresionista-surrealista explicada anteriormente en donde el pañuelo (junto a las lágrimas, la boca y las manos) tiene la importancia central.
En este grupo habría que enmarcar alguna de las figuras del Guernica, como se puede ver en la mujer de la derecha (con los ojos hechos en forma de lágrima) o la propia cabeza del caballo (y su boca desencajada y los dientes como armas, tal y como se observa en muchas de las mujeres)
Íntimamente relacionadas con ellas aparecen las mujeres con los niños muertos en los brazos, una personal interpretación de la Piedad o (más probablemente) de la Matanza de los inocentes.
La matanza de los inocentes. Rubens
De nuevo el Guernica es el origen de esta serie. Su figura de la izquierda (mi favorita) representa todo el drama de la Guerra con una madre que pierde a su hijo. Los recursos plásticos son verdaderamente extraordinarios. Desde los ojos convertidos en lágrimas, el escorzo brutal de la cabeza sobre un cuello alargado hasta límites imposibles, los pechos lacios, con extraños pezones agujereados que ya no servirán para nada, la naricilla del niño muerto que (ilógicamente según la fisiología pero perfectamente entendible desde el sentimental) cae hacia abajo, o el enorme contraste entre la mano de la madre y la del hijo…
Pocas veces en la historia se ha condensado en una sola imagen tanta potencia, y todo sin necesidad de recurrir a la imitación sino exclusivamente con una líneas expresivas. Una especie de largo grito que nace en el vientre, asciende por el interminable cuello y se desgarra en la boca abierta, con una lengua como un filo, contra el toro indiferente
Creo, es mi opinión, que esta mujer con el niño muerto hace referencia a la República española de 1936. Al comenzar los bombardeos sobre Madrid (desde finales de Agosto hasta Enero del 37), y caer los primeros muertos de entre la población civil (hijos de la patria), el gobierno republicano huyó a Valencia sin previo aviso y sin dar explicaciones. Esta figura se dirige hacia fuera del lienzo y en los bocetos preparatorios la ha pintado huyendo por una escalera. Con el "cuello alargado hasta límites imposibles" se está dirigiendo al toro, Picasso pintando con el rabo, pidiéndole auxilio:"una pintura no está hecha para decorar paredes, es un arma ofensiva y defensiva contra el enemigo". La República encargó a Picasso un mural que sirviese de propaganda para conseguir ayudas de los países democráticos.
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