David de Donatello
Tema. En ambas obras es el mismo, un tema religioso
extraído del Antiguo Testamento: David se enfrenta con Goliat en un combate
singular entre judíos y filisteos, simbolizando el triunfo de la
inteligencia y la razón sobre la fuerza bruta, una representación de la pequeña república florentina que triunfa frente a los grandes poderes a base de inteligencia y tesón.
David de Miguel Ángel
La gran
diferencia se establece en el momento elegido. Donatello opta por
representarlo tras la batalla para poder utilizar una postura relajada y sin
sentimientos más cercana a la idea de la armonía renacentista. Por el
contrario, Miguel Ángel elige el momento previo, cuando David mira fijamente a su invisible oponente, lo que le permite reconcentrar su mirada y estudiar la musculatura (la de su lado izquierdo) que empieza a tensarse.
Tipología. Ambas esculturas son exentas de bulto redondo.
Material. Ambos de origen clásico. Donatello utiliza el
bronce (fundición) mientras que Miguel Ángel utiliza la talla sobre mármol.
Composición. Donatello parte de un bloque más cerrado que Miguel Ángel, pensado para una visión más frontal. Por el contrario, Miguel Ángel, pese a los condicionantes del bloque, ya iniciado, sobre el que trabaja, intenta dar a la escultura una mayor variedad, girando la cabeza y moviendo las extremidades, generando ya dos visiones (frontal y lateral)
Donatello utiliza
el contraposto clásico de brazos y piernas que se suaviza aún más por la curva
praxiteliana, mientras que Miguel Ángel avanza en el contrabalanceo, dando más poder a la parte izquierda que, a través de la mirada, se proyecta hacia el exterior, haciendo participar al espectador, que debe imaginar una parte de la escena y situarse en el lugar de Goliat.
Modelado. En función del material, Donatello busca que la
luz resbale sobre el bronce pulido al modo de Praxíteles, buscando una
mayor suavidad y elegancia. Miguel Ángel busca una mayor expresividad creando
mayores claroscuros (pelo y ojos, ambos trepanados).
Color. Ambas monócromas.
Figuras. Las diferencias son sustanciales. El canon,
más esbelto en Donatello, se vuelve más musculoso en Miguel Ángel, pasando de
un efebo un tanto andrógino (y muy idealizado) a un joven en plenitud
física (mucho más realista).
De la misma manera, Donatello evita la
expresión, dotando a la figura (gracias a la postura en curva praxiteliana y
modelado suave) de grazia, mientras Miguel Ángel busca la expresividad tanto
gestual (la famosa mirada intensa que nos comunica los estados de ánimo internos, llamada terribilitá) como corporal (los músculos comienzan a tensarse, como se puede ver en el cuello).
COMENTARIO
Hemos pasado
del Renacimiento del Quattrocento
(basado en la armonía y el retorno a Grecia y Roma) al Cinquecento del XVI ya muy cercano al manierismo que busca formas mucho más rotundas, rompiéndose lentamente el ideal de tranquilidad para buscar la fuerza del devenir. Utilizando
ambos métodos clásicos (materiales, antropocentrismo, desnudo...) su idea del
arte es por completo distinta.
Donatello busca la Belleza como fin supremo,
intentando idealizar y conteniendo sentimientos y movimiento. Es la
representación de un mundo perfecto que busca la armonía a través del canon
perfecto y la postura relajada que quiere volver al mundo clásico como
ideal humano (conciliato como es tan habitual en Botticelli) que estaba
rescatando el movimiento humanista desde principios del XV gracias a los
mecenas (banqueros y comerciantes enriquecidos, como los propios Medici florentinos, que potencian todas estas nuevas actitudes a través de las Academias).
Por el
contrario, Miguel Ángel está iniciando su largo camino de desengaños (personales y sociales) que le empiezan a desviar del neoplatonismo inicial (como vimos en la Pietá del Vaticano) para centrarse en la expresión de los sentimientos que reflejen la tragedia que empieza a convertirse el mundo (como podemos ver en el Moisés). La masividad, el fuerte conflicto interior que late en el interior de sus obras y que se proyecta al exterior a la terribilitá de sus miradas intensas, comienzan a desarrollarse.
Las influencias de ambas (partiendo de un fondo clasicista) son
evidentes. Donatello parte de Praxíteles (modelado, postura, canon
alargado), acercándose a la vertiente más aristocrática del Quattrocento que seguirán Botticelli o della Robbia.
Eros. Praxíteles
Mientras que Miguel Ángel se siente más cercano al Laoconte helenístico, las obras de Masaccio o las corpulencias de Andrea della Quercia pero también a algunas sugerencia de Donatello (siempre tan ecléctico en sus múltiples estilos, como puede verse en su San Jorge)
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Es una época donde se hacen muchas de las esculturas a las que hoy día guardamos algo de adoro y que más impacto tuvo sobre los cuadros y esculturas
ResponderEliminarBuenos días a todos y muchas gracias por compartir tanto sobre moda y diseño. Para los que estamos dando los primeros pasos, este tipo de recursos nos ayuda mucho a aprender y mejorar. Les comento que hace un tiempo hice un curso y empecé a diseñar mis propias esculturas. Estaría bárbaro que nos recomienden también otros sitios en donde salir a vender el diseño que producimos. Gracias y saludos desde Lanús, Buenos Aires!
ResponderEliminarGracias por la analogía. Realmente muy interesante.
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