Una de las decenas de piezas maestras que conserva el Museo Arqueológico de Madrid es este Cristo de marfil que, desde mis primeras visitas de estudiante, siempre me fascinó.
Realizado en la segunda mitad del XI representa, iconográficamente, una de las más espectaculares representaciones del Maiestas Domini, tema de origen bizantino que nos presenta al Cristo de 4 clavos, aún vivo, con los ojos abiertos y sin ningún tipo de sufrimiento, tal y como corresponde a la mentalidad románica, que representa a una divinidad lejana, inalcanzable a los hombres y su entendimiento .
Cristo románico. Siglo XII
Junto a este significado se unen otros. La aparición del Agnus Dei en el reverso, los cuatro evangelistas en los extremos, de la figura de Adán bajo sus pies y de los muertos saliendo de sus sepulcros entre la decoración vegetal han hecho pensar (Lorenzo, 2000) en un programa sobre la muerte, Redención y Resurrección.
San Juan Bautista
Resurrección de los muertos
Reverso
Reverso. Agnus Dei en la zona izquierda (centro de la cruz) y evangelista (San Marcos) a la derecha
Adán bajo los pies de Cristo
A mi modesto entender (y dada la similitud) yo lo relacionaría con la figura del Pantocrator y el Juicio Universal, más que con la propia Redención, pues me parece más cercano a la religión del miedo tan típica del mundo románico.
Pantocrátor de San Clemente de Tahull
Junto a estos significados no hemos de olvidar su función legitimadora del poder, pues no en vano, en la parte baja de la Cruz aparece el nombre de los reyes que lo donaron a San Isidoro de León, el lugar regio por excelencia del Camino de Santiago (en donde se colocará el Panteón Real y sus magníficas pinturas, espléndidas portadas).
Este lugar es todo un referente del nuevo papel de la monarquía feudal traído por Cluny a través del Camino desde Francia (recordemos que Fernando se hace proclamar emperador del reino y junto a su mujer, doña Sancha, convierte el mecenazgo real como una forma de expresión del nuevo poder, como ya vimos en el Beato de Doña Sancha)
Torre de San Isidoro de León, iglesia palatina para la que se realizó originariamente este Cristo que comentamos
En el aspecto técnico aún nos podemos encontrar con una nueva sorpresa, pues a las típicas características románicas (hieratismo, frontalidad, antinaturalismo, cierto esquematismo, postizos, recurrencia a la repetición en los plegados… ) nos encontramos con un material (el marfil) y una forma de trabajar poco común al románico hispánico.
Esto ha dado pie a numerosas hipótesis. Desde un probable taller leonés (que estaría activo con el de San Millán de la Cogolla) o artífices itinerantes, tal vez relacionados con los primeros capiteles del claustro de Silos.
Lo que es evidente son sus íntimas relaciones con el mundo musulmán califal y taifa, expertos eborarios que utilizan el repertorio típico de atauriques, entrelazos y animales, como podéis ver en otras piezas del propio museo, como el Bote de Zamora.
Su influencia en lo cristiano lo podemos ver en las numerosas cajas de marfil islámico reutilizadas como relicarios. (Como este mismo ejemplo, pues el Cristo era una estauroteca, una cruz relicario del Lignum Crucis, como se descubrió en su restauración)
Arqueta taifa (Cuenca) utilizada como relicario en la Catedral de Palencia
Hola Vicente,
ResponderEliminarhace poco has visitado mi blog y por eso te he descubierto. El tuyo es muy bonito e interesante, asi que ya me he suscrito.
Gracias por el enlace, te voy a incluir yo en mi lista también.
Saludos y ¡feliz año!
Mercedes
Estupendo análisis, vicente. Lo guardo. Espero que los Reyes hayan sido generosos contigo. Un cordial saludo desde ArteTorreherberos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario, Mercedes.
ResponderEliminarTu blog también lo descubrí hace poco tiempo y me fascina
Gracias por tus elogios, Paco (más importantes sabiendo de quién vienen)
ResponderEliminarGracias también por vincular el nuevo blog en el que iré metiendo las fotos que voy haciendo. Por eso no cerraré el otro y los iré combinando