Una de las últimas grandes construcciones de Barcelona, la
radical remodelación de la antigua Plaza de la Arenas, se está
convirtiendo rápidamente en un símbolo por todas sus características, las
técnicas pero también las políticas o las urbanas y econonómicas.
La plaza tradicional fue construida junto a Montjuic en
estilo neomudéjar por Font y Carreras en 1900. El estilo era común para este
tipo de edificios (con esa característica que, según Arancil, anticipa lo
moderno de los neos, en donde la función – o al menos la ideología de la
función – condicionaba la elección del neo).
Sin embargo, a la lenta caída de espectadores se fue uniendo
el movimiento animalista (mucho más potente en Cataluña que en otros lugares de
España) y, finalmente, a motivos políticos: la españolidad de la Fiesta Nacional utilizada por
Esquerra en el Tripartito como una forma de propaganda política nacionalista de
aristas bastante afiladas.
Todo este proceso hizo que la plaza quedara sin uso,
planteándose una reforma de la misma, tanto como símbolo político de
catalanismo como cuestión económica.
Se planteó así una reconversión de uso: de zona de
espectáculos a zona terciarizada en el extremo del Ensanche, junto a la Fira y en contacto con Sants.
Un centro comercial, gastronómico y lúdico (Museo del Rock, sala de
espectáculos, gimnasio…) entre la zona burguesa del Ensanche y la de clases más
bajas en Sants, unida a lo turístico de la Fira (MNAC, Fundación Miró, Caixafórum y
construcciones olímpicas…).
El proyecto de remodelación fue planeado, junto a socios
locales, por el despacho de Rogers, que se planteó, en primer término, el
respeto (al menos visual) del edificio tradicional que funciona a modo de
cáscara. Para ello se cortó su anclaje al suelo y se sobreelevó (como ya habían
realizado Herzog y de Meuron en el Caixafórum de Madrid) aunque sin intentar un
efecto de levitación, pintando de un atrevido rojo los soportes en forma de V.
Con ello se conseguía una mejor circulación peatonal (al
crear un improvisado porche continuo, mientras se ganaban unos metros para la
construcción que no podía profundizar demasiado, pues el nudo de metro de la Plaza de España se encuentra
muy poco profundo.
Otras de las modificaciones de la piel del antiguo edificio
serán unos bien integrados cajeados para aire, luz…, realizados en un color
malva que se integra perfectamente en la policromía neomudéjar.
Además de ello realizó un edificio adyacente (plenamente
moderno) para los principales servicios, unas escaleras de servicio de suaves
curvas y un moderno ascensor transparente que actúa como una especie de faro
sobre el conjunto, dándole una indudable personalidad.
Al interior no se respetó nada de lo anterior, creándose
varias plantas de anillos flotantes sobre el cilindro periférico y un gran
espacio central abierto (en ese anillo se crean una red de escaleras mecánicas
a distintos niveles que, pensadas para la circulación del interior, ha sido
criticadas estéticamente, al romper el espacio central y el efecto de su cúpula
flotante)
La cúpula se realizó de madera (para dar calidez al ambiente
y eliminar pesos) y está sustentada por unas enormes vigas metálicas de forma
arbórea que recuerdan demasiado a las ya utilizadas en la T4.
Una de los mayores aciertos (por lo menos a mi juicio) es la
creación, en torno a la cúpula, de una gran anillo sobrevolado que la rodea. En
torno suyo se ha creado la zona gastronómica y un verdadero paseo elevado con
magníficas vistas sobre Montjuic, el parque Miró y la zona del Ensanche,
creando un nuevo turístico y un privilegiado mirador para comprender esta zona
de transición múltiple (ensanche, Fira como antigua Expo, Sants, nuevas
aportaciones urbanísticas como el parque Miró…)
Para saber más
Hola Vicente,
ResponderEliminarbuenísima tu descripción, y magnífico el análisis de los porqués.
Estuve allí este verano y la verdad es que el resultado es espectacular, sobre todo, como tú dices, el mirador.
saludos
Mercedes
Lamentable intervención, un hachazo en toda regla a un edificio patrimonial. De vergüenza.
ResponderEliminarSin ser capaz de escribir correctamente Montjuïc, hacer juicios de valor sobre intenciones del tripartito (teniendo en cuenta que la plaza se cerró el 19 de junio de 1977 por falta de afluencia de público y no fue hasta 30 años más tarde cuando se tomó la decisión de convertirla en centro comercial) me ha parecido un poco torticero.
ResponderEliminarEste detalle al margen, gran descripción arquitectónica.
Saludos.
Gracias por tu halago y por permitirme rectificar la errata.
EliminarEn cuanto al adjetivo torticero (según la RAE: Contra derecho, razón o justicia), y tras una nueva lectura, lo encuentro un tanto injusto, pues como sabes muy bien, la plaza intentó reabrirse en varias ocasiones (que yo conozca, dos) y, a mi juicio, la negativa a hacerlo tuvo motivos más políticos que económicos.
Monjuïc.. y no Monjuit
ResponderEliminarMejor Montjuic, pues yo escribo en castellano y no digo London sino Londres. Ya me gustaría conocer a mi más idiomas, pero un poco de francés e italiano y se acabó
EliminarMientras no escribas Montjuich, y peor, la pronuncies como che :D Por cierto, el barrio que empieza en Plaça d'Espanya no es Sants, es Hostafrancs... que si, forma parte del distrito de Sants-Montjuic, pero no es Sants (en 1834 pasaron cosas).
EliminarRepelenteces aparte, buen artículo, y me ha servido para algunas ideas random de reciclado del Palau Blaugrana para alojar las secciones no baloncesto... y la pista de hielo bajo la cúpula, al estilo del espacio de Las Arenas. Si, estoy en tarde de ideas locas :)