Pocas esculturas resultan tan sumamentes precisas para comprender lo que significó el arte manierista.
Y lo es en primer lugar por su intención.
Tal y como piensan muchos especialistas, la escultura no se realiza por un encargo, sino como una forma del autor (de origen flamenco) de abrirse paso en el competitivo mundo florentino y llamar la atención de los grandes mecenas de la época, los Medicis.
Quizás lo más llamativo de la obra sea su compisión helicoidal.
Es evidente que su inspiración se encuentra muy cercana, en la Victoria que realizó Miguel Ángel para el Palazzo Vecchio. En ella ensayó la forma serpentinata en forma helicoidal (forma repetida posteriormente en el juicio final de la Sixtina y, sustituida en el final de su vida,por otra serpentinata en zigzag, como puede observarse en su Piedad della Opera del Duomo).
Sobre este esquema (una especie de cinta que se enrolla sobre sí mismo y tradicionalmente llamado forma serpentinata), Giambolonia refuerza la complejidad al utilizar tres figuras dentro de un bloque.
Las figuras, enlazadas de una forma casi de danza, obligan al espectador a girar por completo la escena (colaborando, esta vez cenestesicamente, con la obra), rompiendo definitivamente el punto de vista frontal que había sido respetado hasta Miguel Ángel.
Descubrirá así sus múltiples puntos de vista que genera la obra, siempre distinta.
Junto a todo ello encontramos las habituales características del manierismo frío o cortesano (Shearman) como el alargamiento de las formas anatómicas, su carácter antitrágico, cercano al ballet en donde también las emociones se estilizan y se convierten en puro juego estético, las posiciones forzadas, la contraposición de contrarios (vejez-juventud; hombre-mujer; victoria-derrota...)
Dan la sensacion de que son blandos,
ResponderEliminarpara nada trasciende la dureza del mármol.
Saludos.
la sabina tiene culo mas natural que la cabeza, mucho ma s sofisticada.
ResponderEliminarlind cul oel de lasabina
ResponderEliminar