miércoles, 13 de octubre de 2021

MAGRITTE. Esto no es una pipa. Sobre la realidad

 Tomado de xgfk10rlr.wordpress.com


Quizás sea esta su obra más conocida (y menos entendida)
Acaso porque bajo la apariencia de broma (casi Dada) es (como siempre decía Foucault) toda una verdadera revolución en el arte, al plantearnos la mentira que todo cuadro es: una simple representación, no el propio objeto. Algo tan evidente nunca se había considerado en el arte clásico en donde el cuadro se entendía como una ventana por la que el espectador imaginaba ver un fragmento del mundo. Para que el truco surtiera un efecto positivo se inventaría el claroscuro o la perspectiva y, sobre todo, (igual que puede ocurrir en el teatro) se contaba con un espectador deseoso de creerse el truco.
Pero todo esto ya se había acabado con el siglo XX cuando Picasso había pegado una tela sobre un cuadro cubista (su primer collage), demostrando su carácter de objeto, no de ventana. Con ese simple gesto había acabado con todas las ilusiones de la mirada, y Magritte, simplemente, habría repetido el mensaje de forma aún más evidente, como si es verdad nos dijera: ¿pero todavía os fiais de vuestros sentidos y queréis ver el mundo en una tela pintada? ¿no veis que todo era una simple apariencia, un cuento para niños?

Tomado de Esto no es un blog

Así, igual que Duchamp, se abría un espacio radicalmente nuevo para el arte en donde se empezaran a separar lo presentado (los objetos) de lo representado (los objetos pintados, fotografiados...) que, como en la obra anterior puede convertirse en un infinito juego de espejos (miles de cuevas de Platón, unas metidas dentro de otras, como una muñeca rusa) en donde el espectador se convierte en un verdadero sonámbulo (hay un pasaje de García Márquez en Cien Años de Soledad en donde un hombre sueña que esta metido en una cama soñando que está en una cama soñando que está en una cama soñando..., y un día que no sabe volver de un sueño a otro, se pierde y muere)



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