Goya dejó en la catedral de Valencia dos obras prodigiosas que abordan la vida de San Francisco de Borja.
En la primera de ellas se narra la despedida del santo de su familia en una escena monumental, tal vez algo blanda (y relacionada con los frescos de San Antonio de la Florida), especialmente cuando la comparamos con la expulsión de los demonios de un moribundo
Muy cercana en fechas (aunque algo anteriores, 1788), su forma de trabajar está anunciando el mundo opresivo (en su uso del espacio y la luz fuerte en la parte trasera) y angustioso de la segunda parte de los Caprichos y los Cuadros de Gabinete que, a su vez, anuncian sus futuras pinturas negras
No me gusta nada el lado siniestro de D.Francisco..Comprendo que sea Un revulsivo para él,una especie de terapia para limpiar su interior de angustiosos fantasmas.Creo que él mismo así lo consideraba.Pero a mi,como espectador y admirador de su talento artístico,no me aporta nada.No necesito de sus terapias, yo tengo las mías y de él prefiero su luz a sus tinieblas.
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