martes, 11 de agosto de 2020

AQUELLAS PRADERAS AZULES. Los blues lentos de las tardes de agosto

DALE AL PLAY , Y DESPACIO, MUY DESPACIO, SIGUE LA MÚSICA.



Paso, indolente, mis dedos por las geografías de tu pecho en la penumbra atigrada de la habitación
Afuera es mediodía radiante y tu piel está humedecida por un sudor pasado. 

Tu pezón, dormido, se flexiona lentamente ante el paso de mis dedos y tus pechos de miel tienen la densidad de los sueños, calientes, lentamente perezosos como los blues que me enseñaste a escuchar tras el amor en aquel verano de prodigios en el que bailamos con frenesí el bolero de Ravel y nos enredamos una y otra vez en los cuentos de nuevas princesas de tacón de aguja y guitarra eléctrica de Roxette

Hicimos también eso para amarnos en aquella casa sin aire acondicionado ni ventilador de techo en la que terminábamos empapados de nosotros mismos, y entonces tú colocabas esta cinta en el radiocasete, toda llena de blues que me dejarías como regalo envenenado. 


Eran los sonidos de queja y duelo de aquellas guitarras que nos sirvieron para amarnos de otra manera mucho más lenta, como si fuéramos una pareja antigua que en 21 días atravesó decenas de paraísos paralelos y en muchos recaló como si nuestro amor fuera un marinero sin puerto, audaz y lento como esta música que yo escuchaba acariciándote con lentitud el vientre, con las yemas de los dedos en carne viva al sentir el calor que, lentamente, salía de tu piel de almendras mientras bajaba hacia tu sexo, igual que una guitarra que gime con agonizante lentitud y

Y tú, entonces, me amarrabas con tu dulce poder de encantadora maestra y no me dejabas avanzar más, pues debías enseñarme el poder insomne del más despacio aún, casi como si no quisieras, hundiéndote en sopor sin tregua del mediodía, como si el mundo fuera un pozo luminoso en donde tu cuerpo nadaba junto al mío y, al rozarse, se sucedían estrellas y suaves melodías que nos bañaban con una pereza picante, un dolce far niente mientras los sexos se desperezaban sin apenas hacerlo, heridos de una nostalgia dulce que hacía llorar a las chicharras del parque tras las ventanas. 

Todo eso y, a veces, nuestros dedos susurraban poemas en la espalda del otro que jugábamos a adivinar letra tras letra dibujadas por un dedo en la piel.
Eso mientras tú me mirabas con tus ojos de avellanas, sonriendo con ellos mientras tus dedos me decían, acaso, procacidades y otras músicas salidas de las vísceras y destiladas con la suavidad de los atardeceres en el mar  
¿Para que describir lo evidente? 

Sólo necesitamos esa música, tú y yo y nada más para querernos. 
Tan lentos. 
Prisioneros de un mundo sin frenos que, poco a poco, iba apoderándose de nuestros cuerpos hasta hacerles desear otros senderos que dejábamos pasar, como si el deseo fuera una larga carretera sin fin por medio del desierto de Nevada.
Bajo sus espejismos de calor tú me enseñaste a resistirme a ese primer impulso de buscar el abismo y ser suavemente música, sus deseos incumplidos rondando el alma con sus lamentos de uñas arañando.
Pastorear canciones, inventar luegos y lugares sin dueño que nuestras manos tocaban por primera vez, y por primera vez éramos tocados para hacer nacer en el contacto una corriente eléctrica que nos hacía fosforecer en la penumbra, cada vez más ardientes, como si la música tuviera dientes que nos van mordiendo incendios por dentro...

¡No, espera!
Todavía no, cariño.
Deja que un aguijón de fuego recorra nuestras entrañas antes de querer marcharte, mécete en el calor que nos envuelve, el que te crece dentro, ¡espera!...
¡Para un momento!
Pues no quiero aún explotar como la Estrella de la Muerte en medio del  espacio sideral que nos rodea, Luis.
Desde hace semanas todo el universo conspira y...
Creo que no podré decirte todo lo que querría...
¡ No sigas, por favor!
¡¡¡Luis!!!!

Y acaso eso era, al menos en parte, el momento amarillo que sube por las enredaderas en otoño.


  Luis. Soldado desconocido

                       AQUELLAS PRADERAS AZULES. ÍNDICES



                                  ÁNIMA MUNDI


1 comentario:

  1. Esta vez dejare mi comentario por aqui... tu blog es interesante,o digamos muy interesante con relatos muy llevaderos llenos de imágenes que te llevan a "vivir" las situaciones que narras...y también otras entradas muy muy buenas que tienen que ver un poco con todo lo que nos esta pasando en la actualidad.. Te dejo un saludo desde Argentina

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