SDELBIOMBO - - VELÁZQUEZ
Cuando Velázquez llegó a la Corte en 1623 ya existía toda una larga tradición del retrato regio que arrancaba de Carlos V y Felipe II. Su creación había sido compleja y partía de dos escuelas.
Por un lado la tradición flamenca que los primeros Austrias traían por herencia familiar (los retratos de Moro caracterizados por su amor al detallismo en joyas y vestidos al que unían una imagen gélida, casi hierática del rey que no sería otra cosa que la idea del rey oculto que tanto utilizó Felipe II con su hermético Escorial)
Felipe II por Antonio Moro
Por otra parte se encontraba la novedad veneciana que Carlos V añadió por gusto propio. En especial Tiziano dio a estos retratos su capacidad colorística y su pincelada suelta que los hizo más realistas y ópticos.
Felipe II por Tiziano
La unión de ambos la realizaron los pintores reales de Felipe II (Coello o Pantoja de la Cruz), continuándola otros muchos más mediocres durante el reinado de Felipe III (Bartolomé Sánchez o Rodrigo Villandrado) que Velázquez retiró anticipadamente.
Felipe II. Pantoja de la Cruz
¿Qué le añadió a todo lo anterior?
Por una parte (y sin llegar a perder esa frialdad característica) Velázquez les dio a las figuras una penetración psicológica mayor que llegaría a su extremos en los últimos cuadros de Felipe IV en la década de los 50.
Felipe IV
Por otra parte añadió su extraordinaria capacidad para manejar el negro (color básico del protocolo austriaco)
Añadió también su enorme genialidad para sugerir el espacio a través de medio mínimos, como una silla o una sombra de los pies.
El infante don Carlos
Lo que mantuvo, sin embargo, es la construcción mental de la figura, un dato que se suele olvidar (quizás por la propia genialidad de su ejecución).
Si os fijáis, la figura estaba vista desde dos puntos de vista completamente distintos, con la cintura como unión. Así, mientras que la parte superior del cuerpo se ve desde la misma altura que la del personaje, todas las piernas están dibujadas desde un punto de vista bajo, lo cual las hace más altas y más esbelta a la figura, dándole más apariencia real a figuras que no eran nada altas (Tapad con la mano las distintas partes y os daréis cuenta)
Felipe IV en plata.
(Todas las imágenes tomadas de Wikipedia Commons)
Felipe IV en Fraga
En la segunda parte analizamos iconográficamente estos retratos
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