Orhan Pamuk
Es todo un juego entre figuración y abstracción típico del autor (y en general de los jóvenes salvajes alemanes, que partieron del expresionismo abstracto pero regresándolo a sus orígenes más figurativos para que fondo y forma cobraran una tensión mayor). La forma que aparece en medio de un fondo que es una pura ebullición, una tactilidad, a veces agresiva, a veces tan delicada
La tercera obra perteneciente a la colección, Walhalla (2015-2017).
Presenta otra característica de la práctica de Kiefer, como es el vertido de plomo sobre pinturas que representan paisajes.
Es, también, una actividad, el fruto de una actividad, como los primeros expresionistas abstractos, como el propio Tapies; una gestualidad
El propio Kiefer cuenta cómo surgió esta técnica en una especie de diario que escribió en 2017 con motivo de una exposición en la galería Thaddaeus Ropac de París, donde se adquirió esta obra: «Ayer vertí plomo. En varios cuadros antiguos de esos que ya no quieres ni mirar. A diferencia de antes, tumbé las pinturas en el suelo sin ira, sin desesperación, y vertí el plomo ardiente sobre ellas. Ya no había motivo para la desesperación, porque ya sabes: en algún momento algo saldrá de ello; de hecho, cuentas con la decepción desde el principio. ¿El resultado sería diferente, el plomo fluiría de manera diferente, si el acto destructivo se realizara con rabia y no deliberadamente?»






















































