jueves, 3 de julio de 2025

(DE OTROS LADOS). Aquellas Praderas azules. Así te recordaremos siempre, Luis.

COMO DIRÍA LUIS, DALE AL PLAY Y VIVE EL ASOMBROSO RITMO DE ESTA CANCIÓN



No puedo evitarlo; esta canción, desde que tú me la descubriste, me da ganas de vivir.
Tal vez sea por la batería poderosa, por su ritmo que te atrapa, por el saxo mágico o por sus subidas y paradas abruptas que tú me explicaste tantas veces.
Desde hace no sé cuanto tiempo me la encontrado en un bar o en un pub perdido y una subida de vida me ha poseído, llevándome a bailar incluso cuando ya no suelo hacerlo, enamorado de una melodía que, sin recuerdos precisos, es una parte importante de mi juventud

Y esta vez sé que es real, 
lo que estoy sintiendo.
Sé que si me pongo a ello,
sé que de verdad puedo hacerlo.

Son unos versos sencillos pero poderosos.

Tengo mi mente puesta en ti

Eso dice una y otra vez la canción del antiguo Beatle, aquella con la que demostró que podía hacer cosas verdaderas magníficas sin el poder de Lennon o la orfebrería de Mcarty.

Una melodía sencilla pero llena de ritmo, que rompe las ataduras del qué dirán mientras te lanzas a la pista para bailar sin fin, impregnándote de la música como si fuera una ducha eterna de colores.

Tengo mi mente puesta en ti

Pues juventud es, sencillamente, un tiempo en donde es necesario estar enamorado de continuo. Esa es su fuerza vital que nos hace creer en nosotros mismos, igual que el poema de Ángel González.
El deseo pero también el sentimiento de volverse completo en la mirada de otro, ¿verdad, Luis?

Tú sabes mucho de eso.
De hecho has sido nuestra guía (aunque tú nunca lo supieras) en la música y el amor, y nos enseñaste que el mundo es una montaña rusa de sentimientos que vale la pena vivir aunque exista sufrimiento. Tú lo hiciste al ritmo de estas y otras cientos de músicas que te habitaban por dentro, a pecho descubierto en todos los casos, y eras capaz de hacer las más lindas (la palabra es cursi pero creo que exacta) por un amigo o una mujer. Te daba lo mismo el esfuerzo, pues era esa tu energía.
Música y sentimientos, sonidos para soñar y soñarte, unas veces en la realidad otras en el simple anhelo de totalidad que te volvía tan digno como vulnerable, tus dos grandes virtudes que te terminarían envenenando de miedos.

Por eso, ¿por qué no contar tu vida de canción en canción? ¿No sería eso el mejor homenaje que podríamos hacerte?
La idea fue de Solsona, claro, no podía ser de otro, y durante días la estuvimos hablando hasta que nos llegó la caja con tantas cosas tuyas, y entre ellas una libreta con direcciones de correos y contraseñas.
Entre los apuntes había una que nos llamó la atención. Era la de un blog en donde (por la fechas) tú habías estado publicando en el último año, aunque dejando todos los post como borradores.
- Lo mejor será borrarlos - había dicho Lucas, pero no pudimos evitarlo y empezamos a entrar en las entradas que siempre se iniciaban con una frase (una de aquellas que tú siempre utilizabas en tus programas) y un vídeo de youtube.

Eran los cuentos y las reflexiones que habías hecho desde la adolescencia que en los últimos tiempos (suponemos) revisaste y pasaste a formato digital (con lo poco que te gustaban esas cosas al principio) y puesto una canción como dedo que señala a a la luna.

Luego le fuimos añadiendo nuestras propias historias que también eran tuyas. Pili, Lucas, yo, Laura, Lucas, Mar y Solsona, por su puesto.
Para recordarte mientras escribíamos esta terrible y maravillosa historia, sabrinaherido, como dice siempre Nuria de ti. Pues siempre fuiste un letraherido, un músicaherido, un tímidoherido, pero sobre todo un Sabrinaherido que viviste por, en contra o a través de Sabrina persona y todas tus Sabrinas imaginadas, sus recuerdos y sus fantasmas, todo un universo de realidades, intenciones, necesidades, sueños, ... de un mundo hecho poesía y música que justificó toda tu vida, Luis.

Toda la nuestra, claro.

Pues si realmente queréis conocernos, a él y a nosotros por tanto, tal vez encontraréis las pistas del mapa del tesoro en todas estas praderas azules  que hablan del Luis público y el otro verdadero