El material
fundamental es la madera que en la
figura de Cristo se le añade distintos postizos
(potencias de oro), túnica morada y cordón.
La canastilla se encuentra dorada y policromada, añadiéndose para
su estación penitencial un monte de claveles rojos y faroles con velas.
Se
trata de una figura exenta que,
según los momentos, se relaciona con un retablo de hueco abierto o se pone
delante suyo para el besamanos (colocándose a la misma altura del espectador) o se monta en la
canastilla para sus procesiones penitenciales
Besamanos
La composición
de la figura principal responde a una suave diagonal que arranca desde la
cintura para soportar (y potenciar) el uso de la cruz. Las piernas, un tanto
abiertas y en posición de marcha, equilibran levemente la figura que se lanza
claramente hacia delante, sobre todo desde la vista lateral en donde la cruz
crea una potente diagonal de avance dado su longitud e inclinación. (sin embargo, y al tratarse de una escultura articulada, puede recolocarse sus manos y cintura según las distintas necesidades)
El modelado
es bastante profundo, aunque como es habitual en la escultura en madera,
depende en gran parte del la policromía que acentúa la mirada o ciertos
detalles anatómicos de pies y manos.
La figura
parte de un realismo total en manos y pies para llegar a unos grados extremos
de expresionismo en la cabeza, trabajada con total detallismo y en la que
destaca el trabajo del pelo y barba o la mirada, ya sea amenazante, ya perdida,
según desde el lugar que se contemple.
En
la canastilla se prefieren las formas mucho más movidas, barroquizadas en
sus paños flotantes y sus gestos desmedidos, mientras que la figura principal
destaca por su aparente mesura que, a la forma miguelangelesca, guarda en su
interior todo una gran capacidad de tensión y comunicación con el espectador (Aquí la analizamos con detalle)
COMENTARIO
Educado
en su Córdoba natal, entró tardíamente
en el taller de Martínez Montañés, del que recogió su pericia técnica pero no
así sus modelos idealizados, tendiendo a la máxima expresión que consigue a
través de un estudio exhaustivo del
cuerpo humano y su agonía, dando una tensión interior a sus personajes que se
hace visible a través de miradas, músculos y tendones, llegando a perturbar
al espectador con sus potentes figuras, tan humanas en su dolor pero alejadas
de él por su majestuosidad.
Este tipo de arte procesional, típicamente español,
retoma la tradición de la madera policromada del siglo anterior (Juan de Juni,
Berruguete) para llevarlas a sus extremos más
barrocos.
Basada en la Contrarreforma,su nuevo culto a las imágenes y la teatralización del hecho religioso,
estos imagineros crearon todo un arte
total en donde se funde el realismo de las encarnaciones con la riqueza de los
canastillos sobredorados, la naturalidad que le proporcionan sus numerosos postizos
con el movimiento (fingido y real) de los pasos por las calles, que se
convierten en un gran escenario de la
Pasión, haciendo partícipe al pueblo a través de las emociones. Relacionado
con antiquísimas tendencias paganas, la Semana Santa, especialmente en
Andalucía, se vuelca en un culto a los
sentidos (vista con sus iluminaciones dirigidas por los faroles, olfato de flores, incienso y cera, oído en los sonidos de pasos o
marchas, sentidos corporales en la idea del movimiento…).
Con todo ello se pretende
influir en el fiel y potenciar su
religiosidad de una forma sensitiva que elimina la razón para convertirse en un
teatro, un sueño, una estudiadísima puesta en escena en la que los costaleros
hacen mover el paso con su particular paso racheado que hace andar a la figura
a trompicones por encima de las cabezas del público
Creo que Jesus en ese momento de la crucifìxion no se pudo defender de sus verdugos Jesus nunca quiso morir en la cruz nadie se presta a que lo maten sin defenderse.
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