De tema,
evidentemente religioso, la tabla presenta en el eje de simetría al
Pantocrátor, Cristo juez rodeado con una doble mandorla, mano derecha
bendiciendo y portando en la izquierda el libro de la Vida. Típicos de
esta iconografía son los pies descalzos que se apoyan sobre el mundo, la barba
(frente al Cristo apolíneo típico del paleocristiano) y el nimbo crucífero.
A
ambos lados le flanquean los miembros del Colegio apostólico, también nimbados
y con dos apóstoles destacados: San Pedro con las llaves del Cielo (imagen de
la iglesia) y San Pablo (símbolo de la sabiduría que también se extiende a los
no gentiles) que aparece calvo. Muchos de ellos portan objetos litúrgicos con
las manos veladas.
El material utilizado como
soporte es la tabla que se enyesaba para luego pintar al fresco sobre ella,
utilizando como aglutinante el huevo, y el temple en seco para los detalles No
se observa, como es habitual en esta época, ningún tipo de pastillaje.
La composición es rigurosamente geométrica y simétrica. El espacio es dividido en
tres rectángulos iguales, reservando el eje de simetría a Cristo. Los apóstoles
se organizan en claras formas piramidales
que con la inclinación de la cabeza cierran como un doble paréntesis al
Pantócrator. Con todo esto se consigue una imagen de fácil y jerarquizada
mirada.
Predomina claramente la línea sobre el color. La línea es gruesa, marcando nítidamente
perfiles y rasgos, pero no demasiado detallista, tal y como se puede observar
en el tratamiento a través de líneas paralelas de los paños. En cuanto al color
es bastante saturado para ser fresco, con un juego que simetrías entre cálidos
y fríos que se van alternando para no romper el carácter estático de toda la
composición. Es, por otra parte, plano y con una reducida gama cromática.
La
luz como elemento pictórico es por completo
inexistente, y sólo podemos observar algunos intentos (más mentales que reales)
de claroscuro en la repetición de las líneas en los pliegues de los paños.
El
espacio también es inexistente, creándonos un fondo
plano, alejado por completo de nuestra percepción habitual de la realidad (que
aún muestra más su carácter abstracto con la pequeñas decoraciones punteadas y
la alternancia de los colores rojos y naranjas puros en los distintos fondos y
bordes La falta de perspectiva hace que los pies de los apóstoles se conviertan
en danzantes, sin apoyo real, generándose además un escalonamiento de planos en
altura típico de la época (recuérdese los relieves más primitivos de Silos,como la Ascensión)
Las
figuras, sin claroscuro, son bidimensionales y
esquemáticas, con una fuerte frontalidad (en especial el Pantócrator) e
isocefalia que les resta individualidad. Su canon se muestra alargado y existen
constantes deformaciones de la anatomía (posición de pies, manos…). Los paños
son tratados de forma antinaturalista, sin destacar ni señalar las texturas,
destacando su forma de campana en los pies, pura concesión a la estética. Como
es típico en el estilo la expresión de los sentimientos es nula (hieratismo)
Como es evidente, tanto por la iconografía
como por las formas estéticas (composición simétrica y geométrica, falta de
perspectiva y expresividad, ausencia de luz realista, isocefalia…) la obra a
analizar pertenece al periodo románico.
Se trata en concreto de una tabla para
altar que se utilizaban tanto para cubrir su parte baja (antependium) como
para situarlos sobre ella (retablo). Las escuelas más significativas que
existieron en este género en España se situaron en Cataluña (Seo de Urgell,
Vich, Ripoll), en íntima conexión, aunque un poco más tardía, con la gran
pintura mural (Tahull, Boí, Pedret…) y las obras de orfebrería a las que se
pretende toscamente imitar (Frontal de Silos)
Como todo el arte románico esta obra refleja
el ambiente rural, feudal y teocéntrico
que predominó en Europa en la
Alta Edad media. En ese mundo cerrado y rígidamente
dividido en estamentos (los que
rezan, los que luchan o los que produce, tal como ya estableció en Teoría de los Tres Órdenes Adalberón de Laon en el siglo X.) el
arte cobra una clara función didáctica
que excede lo puramente religioso. Pues, además de exponer las principales
enseñanzas de la religión, su función es la de ser un control ideológico sobre campesinos y siervos. Control a través del miedo al castigo reflejado en el
Pantócrator, Cristo Juez que nos juzgará en el final de los tiempos, tal y como
anuncia el Apocalipsis, una de las principales fuentes iconográficas del
momento desde los Comentarios que realizó de él Beato de Liébana.
Precisamente este carácter
teofánico y de control influye directamente en las formas estéticas utilizadas en este estilo. Su apuesta decidida por
el antinaturalismo no es otra cosa
que la búsqueda de un arte sencillo de entender pero trascendente, y alejado
por completo de la realidad circundante. Por ello se renuncia tanto al realismo
como al idealismo, optando por unas formas que pueden rozar el expresionismo
que llene de emociones el mensaje religioso de obediencia (tanto en el Otro
Mundo, con el Pantócrator, como en este mundo, La iglesia representada por sus
apóstoles y por la nobleza).
Toda esta estética se
comienza a elaborar en el mundo
paleocristiano para fijarse definitivamente en el arte bizantino que influirá directamente en el Románico. Por otra
parte, las miniaturas que adornan los manuscritos del Beato serán otra influencia evidente que hace perder el carácter
majestuoso y elitista de lo bizantino para ajustarlo más al gusto popular (la
alternancia de colores o los propios rasgos faciales son influencia inmediata
de los mismos).
Posteriormente, con la
resurrección del comercio durante la Baja Edad Media y la aparición de la burguesía,
el teocentrismo fue cambiando de cara, buscándose una religión mucho más humana
y racional que desembocará en el gótico, olvidándose durante siglo esta
estética hasta que la nueva forma de mirar contemporánea la rescate a
principios del siglo XX con las
Vanguardias Artísticas (especialmente Picasso o los expresionistas, Brancussi
en escultura), valorando su forma de expresión puramente anteclásica pero de
una gran autenticidad.
me ha servido de mucho pero estaria bien si pusieses su funcion, es decir, didactica o de caracter narrativo
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