Las festividades del Corpus en Toledo no solo son una magnífica procesión. Con las calles de la ciudad engalanada, se celebra el concursos de patios que nos permiten conocer un secreto normalmente vetado a los turistas.
Como ya hablamos al analizar el trazado urbano de la ciudad, su origen hay que encontrarlo en la ideología islámica de la ciudad que encontró en el patio un elemento básico en la definición y articulación de la vivienda.
Era también un climatizador natural ante el calor veraniego, con su fuente y vegetación que creaban un microclima que podía reforzarse con la aparición de toldos o velas que les cubrieran en las horas de sol más fuerte.
Desde esta idea clásica, el mundo musulmán utilizó el patio como una forma de vida. Tal y como definió Chueca Goitia, el patio es el núcleo sobre el que se construye la casa que, al desarrollarse, creaba el viario (justamente la planificación clásica que partía de la cuadrícula generada por el cardo y el decumanus para establecer las parcelas a las que se adaptaba la vivienda).
Según el mismo autor, el patio y el amplio zaguán que se le anteponía era la perfecta expresión del carácter de intimidad pretendido para la familia. "Haz de tu casa un santuario", aconseja el Corán, un lugar alejado del tiempo y las miradas indiscretas en donde el patio era el corazón de la misma.
Sobre esta teoría se comenzaron a edificar estos patios que estamos viendo que, sin embargo, mantienen múltiples diferencias con los andaluces.
Por un lado, y por simples razones climáticas, el patio toledano da mucha menos importancia a la vegetación, que se suele reducir a algunas plantas verdes (palmeras, potos,...) que aguanten los inviernos meseteños frente a la lujuría de flores de Córdoba.
De la misma manera, no será la fuente sino el pozo, el gran punto de agua, poniendo por encima de la climatización, el acceso al gua, mucho más precario en una masa cuarcítica en donde se encuentra enclavada la ciudad.
Por ello, bajo el patio es habitual la creación de un gran aljibe que permita la recogida de aguas pluviales, siendo los brocales y garruchas uno de los elementos recurrentes (y simbólicos) del espacio.
Por otra parte, y también frente a Córdoba (aunque no tanto frente a Sevilla), el patio toledano da una importancia decisiva a lo arquitectónico, pudiendo ver en su construcción toda una evolución del espacio, con ejemplos excelentes mudéjares, góticos o ya puramente clasicistas.
Otra de sus características más notoria es la clara definición entre los patios de casa particular y los de finca, mucho más amplios y claros precedentes de las corralas decimonónicas.
que preciosidad de patios y que buenas fotos y texto: habrä que estar al tanto el año que vienen por el corpus para ir a verlos. Gracias por la información
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