Antes de empezar, no hay ninguna intención de herir a las personas con síndrome de Asperger, tan solo tomar una de las características de dicho síndrome para explicar alguna de nuestras características sociales actuales.
Algunos lectores pensarán: ¡Qué exagerado este Corralejo!; ya sabemos todos que no se trata de herir a personas sino de utilizar el lenguaje. Pero precisamente este es el meollo de la cuestión.
Como es conocido, uno de los rasgos típicos del síndrome de Asperger es no comprender los dobles sentidos las ironías las metáforas o los juegos de palabras y quedarse en la propia literalidad del mensaje, y aunque pueda parecer exagerado eso mismo nos está pasando nosotros como sociedad.
Ya sea porque solo lee por los titulares de las noticias de prensa o en las redes sociales, ya por mala fe que también la hay cada vez más en grado sumo, ya por simple incapacidad de muchos agentes que tienen dificultad de decodificar el lenguaje, nuestra sociedad se está volviendo excesivamente literalista.
Tal vez sea porque algunos no pueden o quieren comprender un mensaje demasiado elaborado y solo pueden quedarse con una síntesis apretada de dos o tres ideas, o peor aún, que quieren reutilizar cualquier noticia, texto, novela o canción para adaptarla a su ideología o para criticar a sus contrarios.
Sea lo que fuere es habitual que nos encontremos cada vez más críticas ante la utilización de ciertas expresiones o ante un artículo
Como tanto a gustaba hacer a nuestro flaneur en sus tiempos digitales, resultado asombroso leer las conversaciones que se publican en internet, en cualquier red social o en un blog y ver cómo la gente no quiere o no puede comprender el mensaje que le mandan y contesta con lo que le apetece o con lo que realmente quiere contar sea lo que sea.
Nuestro lenguaje se reduce así apura literalidad en dónde quedan vetadas cualquier tipo de juego con las palabras, el humor y mucho menos ¡las metáforas!, como le decía aquel padre al cartero de Neruda, ¡y encima le dice metáforas!.
Y es que hasta ahí podríamos llegar, como si no se supiera hace tantos siglos que las metáforas las carga el diablo (y encima pretenden hacernos pensar y sentir, comparando cosas!!!!!!!!!).
No, para eso mejor tener síndrome de Asperger.
Todo puro e incontaminado, diáfano y claro hasta la pura evidencia
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